sábado, 22 de diciembre de 2007

Feliz Navidad y eso

Supongo que en estas fechas lo propio es desear feliz Navidad y esas cosas. Yo, la verdad, al contrario que Dorami, no soy muy aficionado a la Navidad. He de reconocer que tiene sus ventajas: no negaré que me gusta que haya días de fiesta para no ir a trabajar, que me regalen cosas y ese ambientillo tolerante en el curro que te permite comportarte como el vulgo supone que los funcionarios nos comportamos normalmente. Pero hay una cosa de la Navidad que me fastidia enormemente. No es el consumismo y el derroche, aunque me parece que nuestro comportamiento revela que hemos olvidado el verdadero sentido de la Navidad: celebrar el nacimiento de ZP. Lo que más me fastidia es el falso “buen rollo” que se pone de moda con esto de la Navidad.

Y digo falso “buen rollo” porque la Navidad es, al contrario de lo que nuestros deseos de paz y amor podría hacernos suponer, la época en la que hay más violencia, más peleas familiares y más maltrato doméstico (no me pidáis datos estadísticos sobre esto porque no los tengo, de hecho no sé si es cierto, lo que no me impediría defender ferozmente su veracidad). Yo he visto cosas que vosotros no creeríais... Atacar un coche con un carrito de niño (afortunadamente sin niño dentro) en un Cortylandia. He visto carreras, empujones y pisotones por unos miserables caramelos arrojados desde una carroza de cabalgata, cerca de la Puerta del Sol. Todos esos momentos... se perderán en el tiempo... como lágrimas en la lluvia... Recuerdo cuando nos cambiaron el número de teléfono y nos pusieron el que había tenido, hasta un año antes, la residencia de ancianos de mi pueblo. Pasamos años recibiendo llamadas de la verdulería, del hospital para que los viejos fueran a hacerse pruebas, de la funeraria… Pero lo peor eran las Navidades:
- Buenas tardes. ¿Me puede poner con Fulano de Tal?
- No, no puedo. Este ya no es el número de la residencia de ancianos. Esto es una casa particular.
- ¿Seguro?
- Pues sí. Hace cuatro años que cambiaron el teléfono de la residencia de ancianos.
- ¿Pero entonces no puede pasarme con Fulano de Tal? – insistía el cretino.
- No. Ya le he dicho que esto no es la residencia de ancianos
- Entonces, ¿dónde estoy llamando?
- Pues a mi casa. A un teléfono que hace ya cuatro años no es el de la residencia de ancianos.
- No puede ser. Si hace quince días llamé a mi padre.
Entonces yo ya lo veía todo rojo. “Pero como puedes ser tan hijo de puta para no haber llamado a tu padre desde hace cuatro años”, empezaba a balbucear, indignado.
- No se ponga así, que estamos en Navidad – te soltaba entonces el muy cabrón.
A este falso “buen rollo” me refiero. Esta gente merecería morir estrangulados con alambre de espino. Y mientras te golpean con sus bracitos, cada vez con menos fuerza, tratando de zafarse inútilmente, habría que decirles: “No te pongas así, que estamos en Navidad”.

En Gatos en Carnaval ya estamos hartos de “buen rollismo” barato. Vamos a revelaros lo que no querían que supierais, lo que se esconde detrás de este gran montaje. Con todos vosotros un reportaje que deja al descubierto “La Gran Mentira”:



La verdad es como una patada en los “güevos”: dolorosa y normalmente innecesaria.

Bueno, pues este artículo, como el año, se acaba. Así que, en Gatos en Carnaval, como en la tele, llega el momento de los mensajes navideños:



Y continuando con mensajes de Navidad de gente siniestra, aquí os dejamos el de Condoleeza Rice:



Pues eso, sed felices. Pero no porque lo diga el calendario sino porque tengáis motivos para ello.

martes, 18 de diciembre de 2007

Sopa, vampiros y cintas de vídeo

Lunes por la noche. Después de una cena entrañable en la que recuperamos la sopa de letras (sí, sigue existiendo) lo preparamos todo para una sesión de cine. Mi amigo Antonio me había hablado en la comida navideña de una de sus películas preferidas: Deseando amar (In the Mood for Love) de Wong Kar-Wai. El caso es que nuestro plan original se malogró, pues el DVD debe estar defectuoso. Nos quedamos compuestos y sin película. Aquí es cuando a esta menda, que de vez en cuando da la campanada, se le ocurre decir aquello de: ¿por qué no vemos una peli de las tuyas? Bueno, he de reconocer que mi pregunta exacta fue: ¿por qué no vemos la peli más friki que tengas? Sí, ya sé que yo me lo busqué, que se lo puse a huevo. Son de esas cosas que se dicen sin pensar y, como mucho, pueden pensarse pero no decirse. Mi chati se transformó al segundo: el ritmo cardiaco acelerado, el pulso irreconocible, los ojos encharcados en sangre…. Le faltó tiempo para meter un disco de su “colección especial”. Atención al título: Jesucristo cazador de vampiros. En fin: hilarante. Jesús vuelve a la tierra para llevar a cabo una nueva misión: un ejército de vampiros (capaz de resistir la luz del día) empieza a matar a las lesbianas canadienses y Jesucristo se enfrenta a ellos con la singular ayuda del ídolo mejicano conocido como “el Santo” o “enmascarado de plata”. El argumento es ya bastante significativo. Soy incapaz de hacer comentario alguno sobre la interpretación de los “actores”, la música, los efectos especiales. ¿Y qué decir del Jesús “regresado”? Para que os hagáis una idea: algo así como el cura roquero de Ponferrada, con su piercing y todo, ah, y con un dominio de las artes marciales a lo Matrix… No sé que más puedo decir. Qué en esta vida hay que tener amplitud de miras y estar abierto a toda forma de expresión artística. Sobre todo, porque esto, al menos en mi caso es así, te ayudará a entender mejor a esos “bípedos implumes” con los que convivimos. Ya lo dijo Confucio:”dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición” ¿Acabaré viendo Kárate a muerte en Torremolinos?



PD: Feliz Navidad a todas las felinas y felinos asiduos de nuestro callejón. Ojalá nos veamos todos tras las vacaciones. ¡Ea, miau!

viernes, 14 de diciembre de 2007

De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente

Hace unos días fue el llamado puente de la Constitución. ¿Dónde fuisteis Dorami y tú?, nos preguntaréis, pensando que nuestro espíritu viajero nos habrá empujado a paradisíacas playas o legendarias ruinas. Pues ni lo uno ni lo otro (bueno, más de lo segundo sí, como veréis). Este puente, dijimos, nos quedamos en casa. Ya está bien de gastar pasta, que la vida está muy “achuchá”.

Eso nos propusimos. El jueves, al menos, lo cumplimos. Comidita en casa, fabada preparada por Dorami, que por cierto le salió riquísima, con visita de Raquel e Iván. El viernes ya rompimos un tanto nuestros propósitos. Bajamos a Madrid a hacer algunas compras y nos encontramos con un maremágnum de gente. Al final tuvimos suerte y no necesitamos esperar demasiada cola en ningún sitio.

El sábado, por lo de no vamos a pasarnos el día encerrados en casa, sí que salimos de viaje. Cortito, a Segóbriga, en la provincia de Cuenca cerca de Tarancón. Segóbriga era una antigua ciudad romana cuyos restos excavados forman ahora parte de la red de parques arqueológicos de Castilla-La Mancha. Hay un centro de recepción de visitantes, donde te explican un poco como era la ciudad y las piedras. Entre estas destacan, por lo bien conservadas, el anfiteatro, con una capacidad para unos 5.000 espectadores, y el teatro, bastante más pequeño, y es que a los romanos eso del Teatro… ¡puf! Lo que más les gustaba eran, al parecer, las farsas y algunos espectáculos seudopornográficos. Vamos, que se nota que somos descendientes suyos. A los romanos probablemente les hubiera encantado el Tomate. Volviendo al tema: en resumen, que Segóbriga es un sitio curioso. ¡Ah! Y en el cercano pueblo de Saelices hay un restaurante (que nos recomendó nuestra amiga Yasmina), las Termas de Segóbriga, donde se come de vicio. Recomiendo especialmente la caldereta de cordero.

Por la tarde aprovechamos para ir a Uclés. El monumento más destacado de este pueblo es el monasterio de la Orden de Santiago, un grandioso edificio que se te aparece de pronto al coronar una loma. Si pasáis cerca no dejéis de acercaros, aunque sea para verlo desde fuera.

A nuestra vuelta a Toledo estuvimos cenando y tomando una copa con Antares y Lady H, que se acercaron viernes y sábado a nuestra ciudad. Supongo que un reportaje sobre su visita estará al caer en Viaje a las Pléyades, su blog.

El domingo (ya se termina el puente, ¡oh, que pena!) fuimos a casa de mis progenitores, a que Dorami probara las migas de mi padre. Luego, por la tarde, estuvimos en el cine, viendo El orfanato. Como esta película no es ninguna novedad no me voy a extender demasiado con ella. Solo decir que es entretenidilla pero no demasiado original. A mí me pareció una mezcla de Los otros y Poltergeist.

Así que ese fue nuestro puente. Pensábamos que tendríamos unos días tranquilos y al final casi no paramos en casa.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Expocómic 2007

Expocómic es, por si alguno de vosotros no lo sabe, el salón de la historieta de Madrid. Este año se ha celebrado entre los días 29 de noviembre y 2 de diciembre, así que algunos lo habréis visto anunciado. Otros, la mayoría, no tendréis ni idea de lo que estoy hablando. La historieta, en Madrid, parece que continúa siendo cosa de niños, friquis y gafapastas. Para las instituciones no existe y para los medios de comunicación es una noticia de relleno, al contrario que en Barcelona, donde su Salón del Cómic sí recibe la atención que merece.

Ya que las instituciones no lo apoyan, mi amigo Ricardo y yo sí lo hacemos. Año tras año peregrinamos a este evento a que nos cobren una carísima entrada por visitar tenderetes de venta de tebeos (antes por lo menos hacían descuento en las compras, pero ahora ni eso), echar un vistazo a unas exposiciones bastantes cutres y contemplar la fauna que pulula por allí. Y es que los visitantes merecen un capítulo aparte. Son, posiblemente, lo mejor del Salón. Cuando Dorami me llama friqui porque tengo un peluche de Cthulhu encima de nuestra cama, yo entrecierro los ojos y le digo: “Tú no has visto friquis de verdad, muñeca”. Si hubiera ido al Expocómic los habría visto. Góticos con camiseta de esqueletos, góticas con pendientes con forma (y tamaño) de jeringuilla, tíos gordos vestidos de sacerdotes de cultos alienígenas, adolescentes vestidas de heroínas del manga, el inevitable chalado por la “Guerra de las galaxias”, tipos vestidos de asesinos mutantes… Un zoo, vamos.

Pasemos discretamente sobre el hecho que actualmente el Salón es algo bastante parecido al tocomocho y vayamos a lo importante, que al fin y al cabo son los tebeos. Parece mentira que los aproximadamente nueve meses que llevamos con el blog haya hablado tan poco de tebeos, dada mi afición por esta forma de arte. Hoy voy a resarcirme.

En primer lugar, y dado que Carlos Giménez estaba firmando en el “stand” de Glenat, Ricardo y yo nos compramos las dos últimas obras que le han editado y fuimos en busca de una dedicatoria suya. Ricardo cogió “Los cuentos del tío Pablo”, una reedición de historias cortas y yo “36-39: Malos tiempos”, su última obra, una visión sobre el horror de la guerra (en este caso la Guerra Civil Española) vista desde la retaguardia. Aunque para mí está muy lejos de ser su mejor obra, no me defraudó. Divertida, horripilante, ingeniosa, estremecedora, impregnada de realismo y alejada de maniqueísmos, es una lectura muy recomendable. De todas formas, ya que he dicho que “36-39” no es su mejor obra os voy a recomendar dos series de álbumes que se encuentran entre “lo más mejor” de la historieta patria: “Los profesionales”, una descacharrante visión de sus comienzos como autor profesional de historietas en la España franquista, e “Historias de sexo y chapuza”, una divertidísima serie de historietas cortas. Geniales: Cualquiera que tenga el más mínimo interés en el Arte español contemporáneo debería leerlos.

Ricardo me recomendó también un volumen del guionista irlandés Garth Enis, “The Boys”. Enis es un grandísimo guionista y uno de los autores más de moda en Estados Unidos. Desgraciadamente su afición por la violencia, las vísceras y las perversiones sexuales hace que a veces guionice tebeos donde desperdicia su considerable talento en páginas que no son más que amasijos de brutalidad infecta. No es el caso de “The Boys”, donde hay, por supuesto, violencia, vísceras y perversiones sexuales, pero están al servicio de un buen guión. El tebeo trata de “The Boys”, un grupito de individuos contratados por la CIA para mantener a raya a los superhéroes. Desgraciadamente la gente de Wildstorm no comparte mi opinión porque, horrorizados ante el cariz que estaba tomando la serie y a pesar de los excelentes resultados de ventas, la cancelaron. Esperemos que llegue pronto su continuación publicada por alguna de las editoriales “independientes”.

El último tebeo que compré fue “The Forty niners”, de Alan Moore (en pie y saluden… gracias, pueden sentarse), una precuela de “Top 10”. Alan Moore es, por qué no decirlo, un genio. Renovó la historieta de superhéroes con Watchmen, la volvió a renovar con Miracleman y casi todo lo que saca oscila entre lo muy bueno y la obra maestra. Claro que cuando la caga, la caga a base de bien. “Serpientes y escaleras” o “La voz del fuego”, su primera novela, son dos truños infumables. Pues bueno, a lo que íbamos: Hace unos años el Sr. Moore, harto de las grandes editoriales y en uno de esos raptos de egolatría a los que tan acostumbrados nos tiene (y que, por lo menos en su caso, son justificables) fundó ABC, America Best Comics (usease, “los mejores tebeos de América”, en sajón), nombrecito que tuvo que causar algún que otro cabreo teniendo en cuenta que Alan Moore es inglés y los americanos muy suyos. Sacó varios tebeos bastante potables entre los que destacaban “La liga de los caballeros extraordinarios” (nada que ver con la película, como la mayor parte de las obras que han sido adaptadas al cine) y “Top 10”, una especie de “Canción triste de Hill Street” en una ciudad poblada por superhéroes. Tanto uno como otro son de lo mejor que se ha hecho últimamente en el tema de los superhéroes. “The Forty-niners” no está a la altura de “Top 10” pero aun así es entretenido.

Esto se ha extendido ya demasiado, así que aquí os dejo. Espero que alguno de los títulos que he mencionado haya despertado vuestra curiosidad, lo leáis y paséis un buen rato con él.

Que Nabozho, el Gran Conejo, convierta a vuestros enemigos en gusanos.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Cocido y violencia en Camarenilla

Estaba yo el jueves pasado comiendo tan ricamente con unos compañeros en la Finca Valdespinos, en el pueblo toledano de Camarenilla, poniéndonos hasta las trancas de cocido y migas, cuando fuímos testigos de hechos que nos estremecieron hasta los tuétanos.

Como decía, estabamos nosotros comiendo tranquilamente, cuando de pronto oímos dos tremendos golpes en la puerta del comedor. Un momento después un individuo sudamericano, bien trajeado, apareció corriendo y gritando:

- ¡Llamen a la policía! ¡Nos atracan! ¡Nos van a matar a todos!

En ese momento algunos pensaron que es venía a avisarnos porque nos iban a atracar a los que estabamos en el comedor. A mí no se me ocurrió, la verdad. Pero el tío continuaba:

- ¡Tienen secuestrada a mi mujer y mi hija! ¡Que alguien haga algo!

Y salió corriendo seguido por un grupillo de los que estaban en el comedor. Yo, me quedé sentado, tan ricamente porque, pensé, esa gente que atraca no es buena. A ver si vamos, con la tontería, a tener una desgracia. Yo soy una persona con mucho que perder: vivo con una mujer a la que quiero y que me quiere, soy funcionario fijo del grupo A, tengo un coche pagado y una casa a medio pagar... A buscar aventuras que vayan los interinos y los que trabajan en la privada que, al fin y al cabo, para la vida que llevan...

Pues eso, que yo me quedé en el comedor y al cabo de un rato los aventureros comenzaron a volver. Nos contaron que cuando llegaron al aparcamiento, los atracadores habían salido corriendo con su coche. Un par de personas habían cogido la matrícula. Al parecer a la mujer y a la hija no les había pasado nada, lo único que a la mujer le habían quitado los papeles.

A partir de ahí empezó la rumorología. Se habló de un ajuste de cuentas porque una cocinera había salido cuando empezó el jaleo y los atracadores la apuntaron con una pistola y la dijeron que volviera dentro o se la cargaban. Se añadió a lo del ajuste de cuentas que era por un tema de protitución, al parecer por la pinta que tenía la supuesta mujer (?). El "experto" era un chaval que hablaba de la prostitución con mucho conocimiento de causa. Quizá ha pasado un par de veces en coche por delante del "Conejo de la Suerte". Al fin y al cabo, el otro día vi en la tele a un tipo que decía que sabía que Eva Sanum continúa enamorada del "Prínzipe" porque él se ha cepillado a un montón de danesas y suecas. Otros eran partidarios de que el tipo era un gancho, para que la gente llamara a la Policía y medir cuanto tiempo tardaban en llegar allí, con vistas a un posible atraco futuro a todos los clientes del restaurante. El remate fue cuando alguien comentó, espero que en broma, que él había pensado que nos había invadido el ejército venezolano, por lo de Chávez y el Rey.

Un cuarto de hora o veinte minutos más tarde apareció la Benemérita y el "experto" se fue hacia ellos raudo cual cohete. Hablaron con alguna gente. Dieron una vuelta y se largaron. Y así hicimos nosotros: de vuelta a la civilización. Atrás quedó el episodio más emocionante de la semana pasada. Por eso os lo cuento. Lo del sexo tántrico tendrá que esperar a otro día.

Por cierto: muy ricos, tanto el cocido como las migas.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Truchas a la riojana

Hace un par de fines de semana recibimos la visita en nuestra humilde morada de nuestra amiga Sefi. Esperamos devolvérsela el próximo año para los Carnavales del pueblo en el que vive, Villarrobledo. El viernes, cuando llegó, preparé una de mis especialidades (aunque he de reconocer que no es de los días en que mejor me quedó): las truchas a la riojana.

Las truchas a la riojana es un plato fácil y rápido de preparar, además se puede hacer algunos días antes y calentarlo cuando se vaya a comer. Como sé que muchas de vosotras, amigas, tenéis una agitada vida social pero, al mismo tiempo deseáis una alimentación sana y sabrosa para vuestra familia, os voy a dar su receta.

Ingredientes:
- Truchas
- Harina (hay una harina especial para rebozar pescado que es con la que mejor queda)
- Taquitos de jamón
- Alcaparras
- Pimiento colorado (yo los uso de lata)
- Aceite

Elaboración:
Rebozáis las truchas y las freís ligeramente (si vais a comeros el plato inmediatamente después de hacerlo las podéis pasar un poco más). En ese mismo aceite freís los taquitos de jamón. Una vez que estén hechos los apartáis y volvéis a echar las truchas en la sartén. Sobre ellas colocáis el jamón, las alcaparras y los pimientos cortados en tiras. Le podéis echar el liquidillo que queda en la lata de los pimientos o un poco de agua. Dejáis que haga “chup-chup” durante unos cinco minutos, aproximadamente y… “voila!”: truchas a la riojana.

Podéis hacerlo también con otros peces muertos. A mí me gusta con trucha porque el jamón, las alcaparras y el pimiento le dan otro aire a un pescado que es más bien sosaino.

Por último, una recomendación musical. Si, como a mí, os gusta cocinar con música, aquí os dejo una canción muy apropiada para este plato: Experto en cocina marítima, de Kiko Veneno (he buscado experto en cocina fluvial, que sería aun más adecuada, pero no la he encontrado):



“No me importa que sea fuego o vitroceramicá,
yo cocino mejor que el Arguiñano, y mejor que toa España…”

jueves, 15 de noviembre de 2007

Teruel-Albarracín-Cuenca

Siguiendo la tónica del “pollo tomatero” hoy nos tocaría hablar de la separación (perdón, cese temporal de la convivencia) de la Infanta y Marichalar. Como a mí la vida de pareja de la gente que sale en la tele no me importa demasiado, voy a dedicar este artículo a la mía (que probablemente no le importe a la Infanta). En concreto os voy a hablar de los dos fines de semana pasados, en los que hemos hecho sendos viajes, a caballo sobre el sistema Ibérico. Hace dos fines de semana en la vertiente oriental, en Albarracín, y el pasado en la occidental, en Cuenca.

En Albarracín estuvimos con un grupo de amigos: Raquel, Iván y Marramiau, una de nuestras corresponsales habituales (y a la que he tomado prestadas algunas fotos), junto con su chico y dos amigas. Al principio el viaje lo empezamos a preparar Dorami y yo y posteriormente se fue sumando gente. Esto hizo que nos tuviéramos que alojar dispersos por el pueblo. Nosotros nos hospedamos en un hostalito llamado Casa de Oria, muy barato y coquetón, ya en el Arrabal pero muy cerca del centro del pueblo y del Molino del Gato, lugar de marcha por excelencia de Albarracín. El pueblo y sus alrededores son preciosos. Si vais, no dejéis de subir a la muralla, desde donde se divisa una panorámica impresionante de Albarracín desde las alturas: agazapado, en forma de media luna sobre la roca que forma el meandro del río. Otro paseo muy recomendable es el del río, en el que sigues su curso viendo la población desde abajo. Además nosotros estuvimos viendo varios abrigos con pinturas rupestres que hay en las cercanías. No os esperéis ninguna maravilla, los “prehistóricos” esos no eran precisamente Carlos Pacheco. Pero si vais en la misma época que nosotros pillaréis el otoño en todo su esplendor. Rojos, amarillos, ocres, verdes… se mezclan en la vegetación. Solo eso ya hace que el paseo merezca la pena.

Aprovechando que estábamos a tiro de piedra de Teruel marchamos un día hasta allí. Es una ciudad pequeñaja pero muy bonita. Lo mejor, para mí, es el techo de la Catedral: Capilla Sixtina del arte mozárabe, lo llaman. La iglesia que hay junto al mausoleo de los Amantes y las torres mozárabes también merecen la pena. Algo que me sorprendió: no conocía el patrimonio modernista de Teruel. Un aliciente más para la visita.

Vamos, que volvimos muy contentos de ese fin de semana, tanto por los lugares que habíamos visitado como por la grata compañía. Aun nos quedan lugares por conocer en la zona, como Rubielos de Mora y Mora de Rubielos, así que esperamos volver en el futuro.

El fin de semana pasado volvimos a coger carretera. El viaje era el regalo de cumpleaños de Dorami. Así que la preparé un fin de semana romántico. Y, ¿qué lugar más romántico que Cuenca? Podríais decir que París, Venecia… pero al que se le ocurra irle con esas a Dorami, le corto la lengua. Pues eso, Cuenca. Nos alojamos en la Posada de San José : un sitio precioso en el Casco Antiguo, junto a la Catedral. Abríamos la ventana y teníamos unas vistas impresionantes de la Hoz del Huecar y el convento de San Pablo, el Parador de Turismo de la ciudad. Estuvimos callejeando, visitamos la catedral y también el Museo Nacional de Arte “Abstrazto”. El Museo está en las casas colgadas, espléndidamente integrado con el entorno, solo el edificio ya merece una visita. En cuanto al contenido, bien… hay cosas buenas, otras interesantes, otras que no hay por donde cogerlas y otras que, en mi modesta opinión (debo ser un inculto), son una tomadura de pelo. Para comer dos sitios muy diferentes: El Figón del Huecar, un restaurante muy “pitiflús” pero donde se come muy bien, ya recomendado por Antares en su blog, y la Bodeguilla de Basilio, un sitio donde te pides tres vinos y sales cenado, a base de la tapa que te ponen con la consumición, por nueve euros. Eso sí, en cuanto al vino yo me pediría, por ejemplo, un Torre de Gazate. El vino de la casa es solo un poco más barato y es bastante mediocre.

Este fin de semana, en cambio, nos quedamos en casa. Aprovecharemos que son en Toledo las Jornadas de la Tapa para hacer un poco de turismo gastronómico en nuestra ciudad. Yo ya he probado esta mañana, en el desayuno, la vieira glaseada con cebolla aromatizada en costra de pimentón dulce, del Museo de los Productos de Castilla-La Mancha. Cosa rica.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Duelo de titanes

Esta semana he estado lunes, martes y miércoles en Madrid, en un curso. Aprovechando mi visita a la capital del Reino he quedado con varios amigos: Ricardo, Belén, Emilio, Antonio, otro Ricardo, Felicia (con la que me encontré en el edificio donde daba el curso) y uno de los colaboradores habituales de este blog, el sin par Antares.

Antares y yo estuvimos tomando unos zumos de cebada en un bar de la calle Argumosa, La Buga del Lobo. Es un sitio simpático y hacen unas croquetas muy ricas. Allí estuvimos hablando de cine, televisión, libros, arte, política… Un verdadero duelo de titanes arbitrado por Lady H, la compañera sentimental de Antares, que nos acompañó en nuestras libaciones.

Para celebrar este encuentro os recomiendo una película que, casualmente, se llama también “Duelo de titanes”. Dirigida por John Sturges y protagonizada por Burt Lancaster y Kirk Douglas, es un "western" que cuenta el enfrentamiento entre Wyatt Earp, sheriff de Dodge City, y la banda de los Clanton. Este enfrentamiento culminará con un duelo en el O.K. Corral entre Earp, sus hermanos y “Doc” Holiday por un lado y los Clanton por el otro.

Otro duelo de titanes es el del siguiente vídeo. Mark Knopfler (en pie y saluden... gracias, pueden sentarse) y Eric “Mano lenta” Clapton tocando Wonderful Tonight mano a mano.



Unos titanes de la música, como Antares y yo lo somos de la necedad (que diría Meteorismo Galáctico).

Y, como no hay dos sin tres, un último duelo de titanes: Superman contra Muhamad Alí. El Más Grande contra el Hombre de Acero.


Frikismo en estado puro, oiga.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Gatos negros (por el luto)

El lunes por la tarde estaba viendo con Dorami el Tomate en el sofá (sí, la verdad es que desde que vivo con una doctora en Filosofía me he embrutecido) cuando vi una noticia que me llenó de asombro y consternación. Como no podía ser menos, en Gatos en Carnaval, donde nos enorgullecemos de mantener puntualmente informados a nuestros lectores, nos hacemos eco de esta primicia del programa de Telecinco:

“Españoles, Fofó… ha muerto”.

El dolor apenas se mitigó cuando Gabi apareció en pantalla para explicarnos que Fofó se había marchado voluntariamente al Cielo para alegrar la vida eterna a los montones de niños que hay allí. Creo hablar en nombre de todos los que formamos la gran familia de Gatos en Carnaval cuando manifiesto la pena que me ha producido la inesperada noticia. Que estos vídeos sean recordatorio y homenaje de este hombre de pequeña estatura y gran corazón:





También queremos, desde aquí, felicitar al programa “Aquí hay tomate” por la premura con la que nos informaron de esta noticia. Esperamos que estos periodistas sigan manteniendo el buen hacer que les caracteriza. La difusión de primicias como esta o reportajes como los que nos informaron que Paquirrín había sido sometido a un control rutinario en carretera o el buen estado grastro-intestinal de Flashito, el perro de la duquesa de Alba, han puesto el listón muy alto.

Siguiendo con los hechos luctuosos, una noticia cinematográfica: el domingo pasado Dorami y yo estuvimos viendo la película “Un funeral de muerte”. Es una comedia de enredo, con ciertas dosis de humor negro y escatología, sobre el funeral de un aparentemente normal padre de familia británico de clase alta. Rodada en los históricos estudios Ealing mantiene la filosofía que los hizo famosos, con películas como “El quinteto de la muerte” o “Pasaporte a Pimplico”; es una película sin grandes pretensiones pero muy divertida, con momentos realmente hilarantes.

(Os preguntaréis que pinta el segundo vídeo en este artículo: lo mismo que la noticia de la muerte de Fofó en el Tomate, nada).

jueves, 25 de octubre de 2007

Mira quien baila

Mañana Dorami y yo tenemos nuestra tercera clase de bailes de salón. En la primera comenzamos con el merengue, poniendo luego en práctica esta lección, como ya os contó Dorami en el artículo anterior, en la boda de Ana y Jaime. Para aquellos de vosotros que no sois aficionados a mover vuestro esqueleto al son de ritmos latinos, aquí os dejo un vídeo para que os hagáis una idea de cómo es este baile:



En la segunda clase repasamos el merengue y nos dedicamos también a la salsa y a su prima hermana, la rueda cubana. Yo creo que lo del merengue se me da medio bien porque es un ritmo binario (1, 2, 1, 2, 1, 2…) y la deformación profesional ayuda, pero eso de la salsa: 1, 2, 3, parada, 4, 5, 6, parada… ¡puf! A mí, realmente, la salsa que me gusta es esta.

Ya os iré contando como van nuestros progresos con el merengue, la salsa y, por supuesto, otros bailes que practiquemos próximamente, como el mambo, el tango y el pasodoble acrobático.

“¡ASÚCAR!”

viernes, 19 de octubre de 2007

¡Viva los novios!

El pasado fin de semana, Jajaja y yo estuvimos en una boda. Bueno, en una boda no: en la boda. Desde que Ana y yo éramos unas niñas, nos imaginábamos el día de nuestra boda. Es más, hasta llegamos a poner nombres propios a nuestros respectivos contrayentes: Apolo y Starbuck. Bueno, no estaban ninguno de los dos, ni tampoco Galáctica, su nave insignia. Éramos muchos invitados, pero sobre todo, eran Ana y Jaime. Tras una ceremonia eclesiástica de una hora y media (sí, digo bien) empezó lo mejor: una espicha con productos típicos de mi tierra, amenizada con la Banda de gaitas El Rapigueiro. Y después de la espicha, a seguir comiendo pues llegaba la cena: mariscos, pescados, carnes, postres (tarta nupcial, arroz con leche, pastelitos…). Los vinos estuvieron totalmente a la altura: Vínculo (tinto), Lágrima (blanco), ambos de la Mancha. ¡Y después a bailar y barra libre!

Fue una boda atípica en todos los sentidos: la ceremonia prácticamente no incluyó ninguna oración, sino que estuvo compuesta por lecturas y canciones que los dos habían seleccionado cuidadosamente. ¿Y qué decir del vestido? El más original que he visto jamás (vale, no he visto muchos). Era corto, de color champán, con una especie de fajín de color violeta y un corazón con pétalos naranjas en la parte inferior delantera. Los zapatos y el abrigo eran del mismo color: naranja. En el traje del novio no me fijé mucho, pero creo recordar que era oscuro con un chaleco y corbata en colores vivos. La madre de la novia y su hermana iban espectaculares. De los demás invitados, destacaría a mi prima Bea, que es monísima de la muerte y llevaba un vestido al estilo “tigresa del oriente” que le favorecía muchísimo. El chal de Montse me encantó, lo mismo que el peinado de mi tía Mariki y la flor que llevaba mi madre en la solapa…

Me quedo, sobre todo, con dos escenas: cuando le regalamos a los novios una bota de vino que, por cierto, ruló por todas las mesas, y el momento en que abrieron el baile vestidos ambos de payasos con los acordes de la canción de nuestra infancia: “cómo me pica la nariz…” Ellos son así: diferentes. Fue todo un placer pasar un día tan especial a su lado. Por cierto, mi chati y yo pusimos en práctica nuestra primera lección de bailes de salón. De momento, sólo nos han enseñado un poquito de merengue, pero tiempo al tiempo. Bueno, pero eso es otra historia.

P.D.: he intentado ser un poquito superficial, espero haberlo conseguido. Ea!

lunes, 8 de octubre de 2007

Máscaras de matar

Acabo de terminar de leer por segunda vez “Máscaras de matar” de León Arsenal. Lo leí por primera vez al poco de darle el Premio Minotauro de Fantasía cuando lo vi entre las más recientes adquisiciones de la Biblioteca Central de Castilla-La Mancha. Esta primavera Dorami y yo nos pasamos un domingo por la tarde por la Feria del Libro de Madrid y allí encontramos a León firmando. Me apetecía que me firmara algún libro así que, como he leído todas sus novelas, me compré la de “Máscaras de matar” para que me la dedicara.

¿De qué va la novela? Pues se trata de un libro del género de “espada y brujería” (como las novelas de Fafhrd y el Ratonero Gris de Leiber o el Conan de Howard) ambientado en un mundo bastante original donde la utilización de máscaras en las más variopintas ocasiones modifica las reacciones, personalidad e, incluso, en casos extremos la propia mente de su portador. Vamos que nada de refritos de Tolkien, de Harry Potter o del éxito del último mes, como es habitual en este tipo de literatura. El relato está narrado en primera persona por uno de los personajes: Corocota, un cazador de cabezas (un oficio a medias entre policía y sicario de un cártel de la droga). A pesar de su posición como narrador Corocota no es el protagonista, de hecho sería difícil hablar de un protagonista, es una especie de novela coral en la que se cuenta las luchas de poder en las que se encuadra el resurgimiento de una antigua máscara, la Máscara Real, creada para traer el orden a ese mundo pero que, en lugar de ello, lo abocó a una guerra de una virulencia sin precedentes. Multitud de personajes que se relacionan con estos acontecimientos aparecen, desaparecen y vuelven a reaparecer ante nuestros ojos: Palo Vento, el hombre-serpiente y amigo de Corocota, don Tavarusa, el ogro-dios de las montañas, la bruja mestiza Tuga-Tursa, la Bribuela, la máscara con cuerpo de adolescente y mentalidad de matón de taberna, Trapaieiro Porcán, el dios errante, el maestro sureño Te-Cui, mujeres guerreras, brujas, guías de caravana… Esto puede resultar lioso y, a veces, no sabes muy bien de quien te está hablando, qué es un pandalume o si los personajes son armas o gargales, pero con un poco de paciencia se le coge el tranquillo a las pocas páginas. También te deja al final con la impresión de que hay demasiados cables que han quedado sueltos pero, como muy bien dice el autor a través de uno de sus personajes: “La vida está llena de cabos sueltos y hay que aceptarla como es”.

De todas formas nos encontramos con un libro original y sorprendente, lleno de acción y sensualidad, que requiere un esfuerzo en su lectura (no se trata de Dan Brown) pero que recompensa ampliamente ese esfuerzo.

Aquí os dejo la página de León Arsenal, donde podéis, entre otras cosas, leer el principio de esta novela.

viernes, 21 de septiembre de 2007

El Rapigueiro

¡Hoy estamos de estreno! ¿Qué estrenamos?, os preguntaréis. Pues una nueva sección a la izquierda de esta página: “Güebs” útiles y/o curiosas, donde os ofreceremos enlaces a páginas que nos han resultado útiles en algún momento o que, simplemente, nos han llamado la atención. Y para inaugurar esta sección hemos elegido el sitio “güeb” del Rapigueiro, a cuya presentación acudimos Dorami y yo en calidad de reporteros de este nuestro blog.

El Rapigueiro es la banda de gaitas de Pola de Allande, un pueblo de la zona suroccidental de Asturias. Surge de los cursos de gaita, tambor y acordeón que comenzó a organizar la Asociación Cultural El Rapigueiro a partir de 1997, así que este año celebra su décimo aniversario. En su repertorio podemos encontrar composiciones tradicionales allandesas y asturianas, música celta y composiciones propias. Actúan habitualmente en fiestas y eventos culturales en Asturias, pero ya han hecho algunos bolos en el extranjero: Francia, Portugal, República Dominicana, Puerto Rico…

La presentación tuvo lugar dentro de los actos del III Ruixidoiro Ayandés. El evento comenzó con una charla titulada “Pertenencias al viento” y un recital de poemas del concejo de Allande a cargo del escritor Lauren García. A continuación, Oscar García Menéndez, uno de los componentes del Rapigueiro, llevó a cabo la presentación de la página “güeb” de la banda. A partir de entonces, pasamos a la música: los componentes del Rapigueiro junto con componentes de otras bandas que se unieron a la celebración realizaron un pasacalles por el pueblo, yendo de bar en bar. En cada uno de ellos tocaban alguna pieza y los del bar repartían pinchos a los músicos y acompañantes. El pasacalles terminó cuando llegaron al Klandestino, el local de ensayo de la banda. Allí tuvo lugar un concierto de rock a cargo del grupo “Último tren”, de Cangas de Nancea, y de los locales “Nos”. A mí me gustaron más los de “Último tren”, que son un grupo más maduro y consolidado, pero los temas en plan folk.-rock que tocó la gente de “Nos” con la colaboración de Elías, uno de los gaiteros del Rapigueiro, también estuvieron bastante bien. Por último, cuando ya estaba terminando el concierto en el Klandestino, comenzó el baile en el Café Centro (justo en el piso de arriba). La banda “Aires del Palo” arrancó con su repertorio tradicional y a ellos se fueron uniendo posteriormente los músicos de las bandas que habían hecho el pasacalles. Para recuperar fuerzas, ya avanzada la noche, nos sirvieron chocolate y la tradicional tarta de avellana (la de Pilarina estaba exquisita) y, hala, “¡ya bailar hasta que cantó’l gochu!”.

Y como no podía terminar un artículo sobre música sin introducir alguna cancioncilla, aquí os dejo un par de temas del Rapigueiro tomados de su página: “Galopera”, con “Aires del Palo”, y “Xota de Xiyon”, con Xosé Antón Fernández “Ambás” y el gaitero Diego Pangua.

martes, 18 de septiembre de 2007

Apuntes sobre Bélgica (y II)

Tras un parón provocado por nuestra agitada vida social y profesional y el hecho de que el ordenador de casa está ingresado en coma en el hospital de ordenadores, vamos con algunos breves comentarios sobre las ciudades que visitamos en Bélgica.

Bruselas: No dejéis que os engañen, Bruselas merece la pena. En su mayor parte es bastante fea, sucia y llena de grandes cagadas de perro, pero tiene lugares muy recomendables. La Grand Place estará hasta arriba de turistas, pero es lógico porque es preciosa. Tampoco podéis perderos la catedral ni las Galerías St. Hubert (aunque es un sitio bastante pijo). Lo que está abarrotado de gente y es una chuminada es lo del Manneken Piss: una estatuilla enana de un niño meando rodeada de una verja y la verja rodeada de japoneses. Sobre el Atomium no me pronuncio, mayormente porque siguiendo los consejos de Marramiau no fuimos a verlo. Otros amigos me han dicho que tampoco está tan mal. Más sitios recomendables, las iglesias de Santa Catalina y “Notre-Dame du Sablon”. El Museo del Cómic es graciosillo pero tampoco es nada del otro jueves; prescindible. En cuanto a los bares, que al final es lo que más os interesa, os recomiendo tres en las cercanías de la Grand Place. “A l’Imaige Notre-Dame”, con más ambiente, y “Au Bon Vieux Temps”, más bonito, en sendos pasadizos que salen de la rue du Marché-aux-Herbes, y “Les brasseurs de brouwers”, enfrente del Godiva de la Grand Place, decorado como una fabrica de cerveza, donde tienen cerveza casera y hora feliz de 6 de la tarde a 10 de la noche. ¡Ah! En caso de alojaros en el albergue “Jacques Brel”, su bar es muy recomendable. Abre hasta la una de la mañana, tiene una terraza muy agradable y abundante surtido de cervezas. Para comer os recomiendo un italiano enfrente de la Bolsa que se llama algo así como “Casa Roma”, donde tomé los mejores mejillones con patatas del viaje y Dorami una lasaña riquísima. También nos gustó uno a la salida de la Grand Place por la rue des Chapeliers, el “JBX” o algo parecido, donde Dorami comió el mejor “waterzooi” que probamos en Bélgica.

Malinas: Está a tiro de piedra de Bruselas, así que no dejéis de hacerle una visita. Lo más bonito, en mi opinión es el Grote Markt (que es como llaman los flamencos a la Grand Place, “usease” la Plaza Mayor). También son muy recomendables la Catedral y las iglesias de San Juan y de San Pedro y San Pablo. En Malinas está la escuela de carrillonistas más famosa de Bélgica, así que un concierto (o un conciertito) de carrillón en las cercanías de la catedral de Malinas es algo que merece la pena. Otros lugares que podéis visitar son el palacio de Margarita de Austria y los beaterios Mayor y Menor de la ciudad. ¿Qué es eso de los beaterios? Pues los beaterios eran comunidades femeninas que surgieron a finales de la Edad Media, una época de crisis espiritual, donde se reunían mujeres que deseaban vivir según ideales de pobreza y entrega a Dios pero no querían formar parte de una orden religiosa. Estas comunidades se agrupaban en pequeños barrios con una arquitectura y urbanismo peculiares que los han llevado a ser declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.

Lovaina: Ese día nos cayeron chuzos de punta, así que, me temo, no somos los guías más apropiados para la docta Lovaina, la ciudad universitaria más importante de Bélgica. De todas formas os podemos recomendar la Catedral, que además nos enseñó una guía en español, y, sobre todo, el Beaterio, el más bonito de los que vimos en Bélgica, un dédalo de callejuelas y jardines cruzado por canales. San Juan, la iglesia del Beaterio, también merece una visita.

Amberes: Por su tamaño, Amberes debería haberse convertido en la capital de Bélgica cuando este país se declaró independiente, pero no fue así debido a su cercanía a la frontera con Holanda. Gracias a ello se libró de que arrasaran su casco antiguo para adaptar la ciudad a lo que se supone debía ser una gran capital europea decimonónica, como le pasó a Bruselas. Ese casco antiguo nos sorprendió gratamente, tomaros algo de tiempo para perderos por sus callejuelas. En cuanto a lo que podéis visitar en Amberes destaca, sin lugar a dudas, la Catedral, para mí la más bonita de las que vimos en nuestro viaje. También son interesantes las iglesias de San Pablo y de San Carlos Borromeo, paradigma del barroco flamenco y conocida como la iglesia de Rubens, y el Museo Naval, situado en los últimos restos de las fortificaciones de la ciudad. Nos habría gustado visitar también la casa de Rubens pero nos dieron con la puerta en las narices. En cuanto a sitios para comer, en los alrededores de San Carlos Borromeo hay varios restaurantes con una clientela formada sobre todo por habitantes locales, lo cual, para mí, ofrece una ligera garantía. Nosotros comimos en uno de ellos; bastante bien, por cierto.

Brujas: Hay que reconocerlo: Brujas es una ciudad preciosa. Pero tiene un punto como de escenario de película que la hace un poco irreal. Además está abarrotada de turistas. De todas formas no se puede uno marchar de Bélgica sin haber visto Brujas. La lista de lugares a visitar es larguísima: el Markt, el Burg, el Ayuntamiento, con su salón neogótico, la iglesia de la Santa Sangre (los más curioso, el contraste entre sus dos naves, la superior y la inferior), el Beaterio, las casas de caridad “Meulenaere” y “De Vos”, la iglesia de la Ascensión… También está bien dar un paseo en barca por los canales, viendo la ciudad desde otra perspectiva. Nosotros no recomendaríamos subir al campanario de la ciudad: os van a cobrar 5 € nada más que por subir una “jartá” de escaleras. Un gimnasio os saldrá probablemente más barato y, en caso de que se os coloque enfrente alguna hembra (o macho, dependiendo de los gustos de cada cual) de buen ver, gozaréis de mejores vistas. Para comer os recomendamos “De Passage” y para tomar una cervecilla os podéis pasar por el café Vlissinghe, el bar más antiguo de la ciudad (desde 1515 castigando los hígados de los brujenses). En cuanto a la vida nocturna, tuvimos la suerte de que coincidió nuestra noche en la ciudad con el Benenwerk, una fiesta en la que tocaban grupos y orquestas en varias plazas por toda la ciudad. Nosotros comenzamos la noche en una especie de verbena bajo una carpa que habían montado en el Markt, donde Dorami y yo demostramos a los belgas como se baila un pasodoble cuando André Loppe y su Orquesta “Internacional” se arrancaron con el “Que viva España”. Terminamos con un concierto de un grupo francés un tanto peculiar llamado Caravan Palace, una de cuyas canciones os dejo aquí para vuestro uso y disfrute:



¡Oh, “sielos”! Esto ya parece el blog de Antares, con tanto viaje y esos grupos a los que no conocen ni en su casa a la hora de comer.

Gante: Entre las que visitamos, la ciudad que más nos gustó. Mientras que Brujas parece el decorado de una ciudad medieval, Gante tiene la atmósfera de una verdadera ciudad medieval: sus multitudes lanzadas a la calle los días de fiesta, los mercadillos cutres, las casas antiguas y modernas igualadas por una patina de suciedad, el adoquinado irregular… Lo único que faltaban eran las mujeres arrojando el contenido de los orinales por la ventana para que me hubiera sentido en el Gante de Carlos V. De todas formas no os vayáis a pensar que en Gante todo es cutre y guarrindongo: Korenlei y Graslei, el antiguo puerto, por ejemplo, está a la altura de cualquier cosa que podáis ver en Brujas. Otra de las visitas imprescindibles es la catedral de San Bavón, con su cripta y “La adoración del cordero místico” de los hermanos Van Eyck. El castillo de los condes de Flandes es también un sitio curioso. Además de que podéis ver un castillo restaurado según la visión decimonónica de la Edad Media, contiene dos museillos interesantes: uno de instrumentos de tortura y otro de armamento de la Edad Moderna. Este último tiene los cartelones de las vitrinas solo en flamenco, pero hay en una mesa unas hojas plastificadas con su traducción a varios idiomas, entre ellos al español. Lamentablemente para Dorami nosotros no las vimos hasta que terminamos la visita, así que, dado que la historia militar de comienzos de la modernidad es una de mis múltiples obsesiones, le puse la cabeza como un bombo con mis explicaciones (que, por cierto, eran más interesantes que las de las vitrinas, modestia aparte). Para completar vuestras visitas a lugares sacros podéis ir también a las iglesias de San Nicolás y San Miguel. Nosotros estuvimos el último día en el Museo del Diseño, pero, aparte de que puedes deponer en una taza de water de diseño, no tiene demasiado interés. Para comer os recomiendo una “quicheria”, “Patiron”, y que no vayáis a los restaurantes del Vrijdag Markt, donde todas las camareras son feas y todos los camareros desagradables. Para beber os recomiendo la cervecería Dulle Griet, en el Vrijdag Markt, una con decoración de “trolls” frente a la iglesia de San Jacobo y una, muy pequeñita, con cuatro o cinco mesas, en el Groenten Markt.

Esto es todo. Probablemente a estas alturas estéis hartos de Bélgica, los belgas y de mí en especial, así que no me extiendo más con la despedida.

lunes, 27 de agosto de 2007

Mis momentos en Bélgica (por Dorami)

En lugar de hacer una crónica exhaustiva sobre el viaje que este verano Jajaja y yo hemos hecho a Bélgica, opto por compartir algunos de los momentos que he cargado en mi mochila. Estoy convencida de que mi chati dará muchos más detalles de todo tipo: culturales, geográficos, gastronómicos, etc. Yo me quedo en otro nivel. Entre otras cosas porque tengo el defecto de la ubicuidad mental (que no física). Dicho en cristiano: que poseo una habilidad exagerada para desconectar, por lo que tengo serias dificultades para responder a algunas de las denominadas por Aristóteles categorías fundamentales del ser: dónde, cuándo, quién, cómo, por qué... Dadas las circunstancias, y con la tranquilidad de que mi chico os dará buena cuenta de lo importante, escribo un breve relato para compartir lo que he vivido y sentido desde mis diferentes “estados de la mente”. Ahora me alegra haber salido liviana de equipaje, pues la vuelta ha sido mucho más pesada. Quizás debería decir que uno de los mejores momentos del viaje lo constituyó nuestra preparación del mismo. Recordando un antiguo artículo que escribí en el Blog sobre un libro de Eduardo Punset, la “antesala de la felicidad” se convirtió en una “sala de espera” llena de tardes emocionantes y planes deseosos de llevarse a cabo. Y qué decir del día en que empezó el viaje realmente, es decir, aquel en el que empezamos a rellenar la mochila. Aquí tuve mi primer momento de debilidad: ¿cómo meter un saco de dormir, ropa para diez días, bolsa de aseo..., en un espacio tan limitado? He de reconocer que mi crisis duró poco gracias a la experiencia de Jajaja en estos menesteres. Y empezó nuestro periplo: autobuses, metros, aviones, trenes, tranvías, barcas... Nos subimos en gran variedad de medios de transporte, exceptuando, curiosamente, la bicicleta. Y entre subir y bajar llegamos a un lugar especial: la Grand Place, en Brusela. Como diría un amiga mía: “llovía en Bruselas, cómo llovía”. Y la lluvia nos llevó a buscar cobijo. Y la búsqueda de cobijo nos llevó a tomarnos nuestra primera cerveza en Bélgica. ¡Qué cerveza, qué bar, qué vistas, qué compañía! Y una cosa nos llevó a la otra. Ése fue otro momento esencial: comprendí que si es importante que a tu compañía le guste la cerveza tanto como a tí, más lo es que le guste que te guste. Y seguimos nuestro camino, con la mochila a las espaldas, cada vez más vacía de ropa y más llena de todo lo demás. Malinas, Lovaina: dos lugares con encanto. Una ciudad dentro de la ciudad: el Beaterio. Y seguía lloviendo. Amberes: un descubrimiento inesperado. Por fin llegamos a Brujas. Lo mismo que Woody Allen dijo de Oviedo podría decirse de ella: “una ciudad de cuento de hadas”. Mercadillos, música en la calle, canales, puentes, bicicletas... La historia vuelve a repetirse: la fiesta nos encontró. Bailamos en la noche más surrealista de todas, que empezamos con canciones de Manolo Escobar, continuamos con un concierto en la calle y terminamos en un bar “diferente”: poca luz, mucha gente peculiar que nos miraba a nosotros (que somos tan normales) y pelea dialéctica que presenciamos a nuestro pesar (¿o no?). Pero digo mal, no terminaba ahí la cosa. Esa noche, las circunstancias nos obligaron a renunciar a nuestra mutua compañía y compartir morada con seres extraños. Lo peor: una china que me liberó de Morfeo a eso de las 6.30 de la madrugada con un ritual de “hierbas” que prefiero no recordar. Al día siguiente Gante nos reconcilió con la vida. Nos recuperamos por la noche y también por el día. De la mano de Jajaja pude percibir algunas de las joyas del Gótico Flamenco. Me acordé de ese otro verano en el que tanto aprendí y tan poco estudié. Seguimos bebiendo (y también comiendo). Y una cosa nos llevó a la otra: vimos elefantes rosas y unicornios azules... Volvimos a hacer la mochila y, en efecto, ahora pesaba más, pues tuvimos que hacer sitio para emociones, risas, silencios, delirios, sentimientos... ¡Cuántos momentos! Me quedo con aquel en el que nos volvimos a encontrar...

jueves, 23 de agosto de 2007

Apuntes sobre Bélgica (I)

Hola, holita, amiguitos. Ya estamos de nuevo en casa. Es la vida, todo acaba, incluidas las vacaciones. Así que como lo prometido es duda, aquí comienza una serie de articulillos sobre nuestro periplo belga. Tanto Dorami como yo vamos a escribir, cada uno por nuestro lado, sobre lo que nos han parecido Bélgica. No temáis, tampoco serán muchos, no queremos que acabéis hartos del país de los flamencos y los valones. Esperamos que puedan seros de utilidad si algún día os dejáis caer por esos lares.

Pues allá vamos:
  • Cómo llegar: Nosotros fuimos en avión desde Madrid. Estuvimos pensando en ir en tren, pero no hay tren directo desde España. Elegimos ir con Brussels Airlines porque es bastante más barato que Iberia y vuela directamente a Bruselas, no como hace Ryanair, que va a Charleroi, donde tienes que coger un autobús que te lleva a la estación de tren que te lleva a Bruselas... En cambio en el aeropuerto de Bruselas puedes coger el tren, que te deja en 20 minutos en el centro.
  • Trenes: Bélgica tiene una red de tren impresionante. Desde las 6 de la mañana a las 12 de la noche circulan multitud de trenes. Para desplazarte entre dos ciudades no tienes porqué preocuparte por la hora que sale tu tren. Llegas a la estación y en poco tiempo saldrá uno que puedas coger para llegar a tu destino. Además, las distancias son cortas, lo que hace que los viajes sean muy rápidos: el que más nos llevo fue el de Bruselas a Brujas, una hora. Eso sí, las estaciones están en su mayoría en un estado de decrepitud bastante avanzado. Otra cosa, por si sois aficionados al “simpa”: a nosotros los revisores nos pidieron los billetes en casi todos los viajes.
  • Idioma: Chapurreando inglés te puedes manejar estupendamente. Casi todo el mundo lo habla. Eso sí, semejante predominio del inglés no se extiende al lenguaje escrito. En los restaurantes flamencos, la mayoría de las cartas están en neerlandés, única y exclusivamente. En Bruselas te encuentras más cartas en inglés y si no siempre están en francés, que se parece más a la lengua de Cervantes.
  • Albergues: Ya os habíamos comentado que nos íbamos a hospedar en albergues en este viaje. Es una forma de alojamiento con poca tradición en España, pero muy utilizada en otros países europeos. No solo se hospedan en ellos gente joven, vimos bastantes familias con niños y varias parejas de cincuentones. El albergue “Jacques Brel” de Bruselas, que fue en el que dormimos allí, está a unos 15 minutos andando del centro. Cogimos una habitación doble con baño que nos salió a unos 45 € por noche (desayuno incluido). Tiene un bar con una terracita muy agradable y una estupenda selección de cervezas belgas a precios económicos donde tomamos la última varias noches. El inconveniente: el albergue es un poco antiguo y no está demasiado limpio. El de Brujas era más nuevo y estaba más limpio. Pero durante la temporada alta no tienen habitaciones dobles, así que nos tuvimos que alojar en dormitorios de seis, Dorami en el de chicas y yo en el de chicos, que es lo decente. Las duchas, eso sí, eran comunes (misterios de la mentalidad belga). Además estaba donde da la vuelta el viento. El mejor albergue, sin duda, fue el de Gante, el “De Draecke” (“El Dragón”, en la fotografía): céntrico, bastante nuevo y muy limpio. Y con habitaciones dobles con baño, Dorami acabó escarmentada de lo de dormir con otra gente después de la experiencia con una de sus compañeras de cuarto, la china de las mil bolsas. ¡Ah! Un consejo con respecto a los albergues: no fuméis en las habitaciones, tienen detectores de humos en todas las habitaciones y no están de adorno. A nosotros nos saltó una vez en Bruselas, creemos que a causa del vapor de la ducha, y uno de recepción se nos metió en la habitación para ver si estábamos fumando, con tanta oportunidad que nos pilló a Dorami en paños menores y a mí en el servicio. Os podéis imaginar la escena: Dorami en la cama, tapándose con las sábanas y chillando, y yo, agarrándome los pantalones, intentando convencer en una mezcla de inglés, francés, español y balbuceo nervioso a un belga, que creía que éramos unos transgresores adictos a la nicotina, de que había sido una falsa alarma para que se largara de una puta vez.
  • Comida: Los turistas en Bélgica parecen alimentarse casi únicamente a base de mejillones (cocinados con toda clase de salsas) con patatas fritas, visto la profusión con la que los anuncian los restaurantes. La cocina belga no se queda ahí, aunque pudiera parecerlo: la carbonada flamenca, ternera guisada con cerveza, o el “waterzooi”, un guiso de pollo o pescado con verduras y una especie de salsa de nata, merecen una oportunidad. Y si no os animáis a probar las especialidades locales siempre os queda la pasta, que es omnipresente.
  • Bebida: Los belgas no tienen vino y el alcohol de alta graduación tiene unos precios de escándalo, pero para consolarse ahogan sus penas en cientos de cervezas, a cual mejor. Para unos cerveceros como Dorami y yo, aquello es un paraíso. Las cervezas más comunes son la Jupiler (la más vendida), la Maes y la Stella Artois, pero en la mayor parte de los sitios tienen también Leffe de barril, una cerveza de abadía muy buena a un precio razonable. En Bruselas son típicas las cervezas lámbicas, con sabores frutales. Hay tres variedades: gueuze, kriek y faro. A mí me gustó mucho la kriek, hecha de cerezas pero con un toque de bayas de sauco que le da un punto ácido. La mejor que probé es la de “Morte Subite”, con diferencia con respecto a las demás. A Dorami la cerveza que más le gusto fue la Troubadour, que solo encontramos en Gante. Otras cervezas que también nos dejaron buen sabor de boca fueron la Gouden Carolus, la Brugse Zot, la Corsendonk (Dorami está bebiendo una Corsendonk Agnes en la foto), la Keizer Karel, la Westmaller (la Doble y la Triple)…
  • Chocolate (del de comer): Ni Dorami ni yo somos chocolateros, así que no os podemos hacer ninguna recomendación sobre los famosos chocolates belgas. Ni sobre los gofres. Lo que sí comimos fue unos helados riquísimos. Os recomiendo dos heladerías: una en la acera izquierda de calle que sale de la Grande Place de Bruselas hacia la Bolsa, donde comí el mejor helado de frambuesa de mi vida, y Da Vinci, en Geltmuntstraat, en Brujas, unos helados con las tres bes: buenos, bonitos y baratos.
  • Atención al turista: ¿Habéis llegado alguna vez a una ciudad sin tener muy claro que ver, habéis ido a la oficina de turismo y os lo han comentado? ¿Sí? Pues no estabais en Bélgica. En las oficinas de turismo te sueltan el plano (en Malinas incluso te lo cobran) y allá te las compongas con él. Si vais a Bélgica llevad más o menos preparado desde casa lo que queréis visitar. Para ello podéis solicitar información a las oficinas de turismo de Flandes y Valonia. También hay información interesante en la página de ”Use-it”, que además sacan unos mapas turísticos en inglés (los “Free map for young travelers”) que al principio parecen una gilipollez pero luego resultan muy útiles.
Bueno, esto parece que ya se ha prolongado mucho, así que lo vamos a dejar aquí de momento y en un artículo siguiente hablaré de los encantos de cada una de las ciudades que visitamos.

domingo, 5 de agosto de 2007

Vacaciones en Bélgica (no en Castellón)

A los "cuatro gatos" que andéis por los tejados queremos daros una grata noticia, al menos para nosotros: ¡nos vamos de vacaciones! Esperamos pasárnoslo muy bien y traer un montón de cositas que contaros a la vuelta. Mientras tanto, no olvidéis supervitaminaros y mineralizaros, y mantener nuestro blog "vivo" con vuestros comentarios. Mucho chocolate, mucha cerveza, muchas aventuras y mucho amor. Todo esto y mucho más, a la vuelta. Y como dicen que dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición, Dorami (y también Jajaja) se despide con un vídeo friki donde los haya.


jueves, 2 de agosto de 2007

Los Simpson




Tras esta introducción un tanto peculiar vamos con la crítica de una de las películas más esperadas del verano: los Simpson. Yo soy un gran aficionado a esta serie, la empecé a ver cuando comenzaron a emitirla por La 2, allá por los comienzos de los 90, y los sigo viendo (repetidos) a las dos de la tarde siempre que puedo. Así que el sábado, un día después del estreno, quedé con mi amiga Esperanza, que está de “rodríguez”, como yo, y nos fuimos a verla.

¿De que va la película? Pues de que Homer provoca una catástrofe ecológica que puede acabar con Springfield y solo los Simpson (porque son los protagonistas, mayormente) pueden salvar el pueblo. El argumento no es demasiado original, como podéis ver. El tema de la catástrofe ecológica, por ejemplo, ya surgió en el episodio en que Homer se hace cargo del servicio de recogida de basuras de Springfield. En esta ocasión está tratado de una forma más surrealista, a tono con los últimos episodios de la serie. Aunque eso sí, es bastante más divertida que los episodios de temporadas más recientes, con algunos gags realmente hilarantes.

En cuanto a la calidad técnica, el dibujo y la animación están más cuidados y son de mayor calidad que los de los episodios televisivos. Aquí tenéis el trailer de la película como muestra:



En resumen, una película que resultará muy divertida para cualquiera al que le guste el tipo de humor de los Simpson, pero que, desde luego, está lejos de resultar memorable. No es mucho más que un capítulo especial de hora y media de duración.

Para terminar os dejo con el artículo sobre los Simpson en la Wikipedia, donde podréis descubrir montones de curiosidades sobre la familia amarilla favorita de América (me encantan este tipo de frases estúpidas), y una de mis escenas favoritas de la serie (lo siento pero solo la he encontrado en español de América):



¡Ah! ¡Una cosa! Quedados hasta los títulos de crédito, solo por escuchar la “Obertura del Spider-cerdo” merece la pena.

viernes, 27 de julio de 2007

Si hoy es viernes, esto es Jauja

Esta mañanita, el Presidente del Gobierno, don José Luis Rodríguez Zapatero, ha salido a la palestra para decirnos que nos quejamos de vicio, que tenemos un país que no nos lo merecemos, que él es cojonudo y que si pasa algo malo la culpa es de otro (de Mariano Rajoy, principalmente).

No estaría de más recordarle a don José Luis que las drogas son mu' malas y que si saliese del estado de optimismo histérico en que lo tiene sumido el consumo de “dietimonclovina” de ácido lisérgico, se encontraría con un país en una situación que, en un arranque de conmiseración, calificaría de mediocre. Una nación con una separación de poderes solo de nombre, en la que ejecutivo y legislativo están dominados por la misma élite partidista y el poder judicial se encuentra bajo control del ejecutivo a golpe de nombramientos y prebendas. Una nación con una educación que avanza tambaleante hacia la ignorancia suma a golpe de sucesivas leyes de calidad, que, al contrario de lo que su nombre indica, no buscan aumentar la calidad de la educación sino disminuir el fracaso escolar aun a costa de ella (es como si pretendieran mejorar el tráfico a base de elevar los límites de velocidad y de la tasa de alcoholemia). Una nación donde el grito: “Viva Cartagena” es lanzado en cada aldea por una clase política insolidaria que busca enmascarar su propia incompetencia y corrupción a base de envolverse en una bandera y denostar al vecino (cuando el Dr. Johnson dijo que “el patriotismo es el último refugio de los canallas” podría haber estado pensando en la España autonómica). Una nación con unos sueldos que hacen que el estatus de “mileurista” sea algo ansiado por multitud de jóvenes (y no tan jóvenes). Una nación con una vivienda, uno de los derechos fundamentales del ser humano (eso lo dice la ONU, no yo) y de los españoles (eso lo dice la Constitución, no yo), por las nubes (y sigue subiendo, más despacio pero sube). Una nación con graves problemas de integración de los inmigrantes; problemas que no se van a resolver a base de “buenrollismo”, por mucho que nuestros gobernantes sea lo único que nos ofrezcan; problemas que van a causar graves alteraciones del orden público que afectarán, no a la vicepresidenta del Gobierno ni al señor Acebes, sino al sector que más está dando por este país, los trabajadores, tanto los que vienen de fuera como los nacidos aquí.

¿Sigo?

En fin, que España está bastante mejor que Ruanda pero eso no quiere decir que estemos para tirar cohetes. Los problemas de España son numerosos y están ahí. Puede que estos problemas sean difíciles de resolver, pero eso no significa que no existan, como nuestra clase política quiere hacernos creer. El Parkinson es una enfermedad actualmente incurable, pero eso no quiere decir que el que la padece esté sano como una manzana.

Os preguntaréis: ¿Y a qué viene todo esto? Pues a que he visto un vídeo cantidad de “friki” hace un rato en “Se lo que hicisteis la última semana”, un programa de la Sexta que es de lo poco que veo ahora mismo en televisión. Me ha parecido que el vídeo en cuestión bien podría haber sido encargado por el PSOE para echarle en cara a Rajoy su ánimo crispador y “antipatriótico-constitucional” y pedirle que rectifique. He empezado con lo de la comparecencia de Zapatero para entrar en ambiente y no sé que me ha pasado. Es que me ha salido de dentro. Para que veáis lo mala que es la tele.

Así que, volviendo a mi primera intención, os dejo con la Tigresa del Oriente y su “Nuevo Amanecer (para Mariano Rajoy y sus compinches)”, el vídeo que dio origen a toda la parrafada anterior:



Ya sabes, Mariano...

domingo, 15 de julio de 2007

Curso de verano en Alcalá la Real

Hola, niños y niñas. Como habréis leído en el artículo anterior de mi compañera de piso acudimos al primer fin de semana del Festival de Teatro de Almagro. ¿Qué ha sido de nuestra vida desde entonces? Entre ese fin de semana y el siguiente, en que nos trasladamos a Alicante a una boda (por cierto, desde aquí reiteramos nuestros buenos deseos a Juanma y Eva) previo paso por el solar de mis mayores, por vía paterna (Carchelejo, en la provincia de Jaén), yo me consagré al estudio y la diversión en un curso de esos que organizan las universidades cuando aprietan los calores. La elección recayó en un curso de mi actual universidad, la UNED, celebrado en Alcalá la Real y que llevaba por título: “Magia y religiosidad en la España Moderna” (la España Moderna es la de los Reyes Católicos a Carlos IV, no la de ZP, aclaro).

En cuanto al curso no voy aquí a explayarme ya que, posiblemente, dedicaré dentro de poco un articulillo “cultureta” a su contenido, así que aquí me centraré en la ciudad de Alcalá la Real y la excelente acogida que nos dispensó.

Alcalá la Real es un municipio de algo más de 20.000 habitantes al sur de la provincia de Jaén, ya lindando con Granada, en la comarca de la Sierra Sur. Su situación estratégica frente a la vecina Granada motivó que Alfonso XI fundara allí una abadía que situó bajo protección real y que marcaría con el transcurso del tiempo la vida de la ciudad. Testimonio de esta época de gloria son la Iglesia Mayor Abacial y el Palacio Abacial, donde, por cierto, tenían lugar los cursos.

Yo llegué el lunes por la mañana y me dirigí al hotel donde había reservado habitación: el Hotel-Hospedería Zacatín. A mí me gustó: bastante nuevo, las habitaciones están limpias, situado en el centro de la ciudad (enfrente del Palacio Abacial) y el personal es muy amable y muy simpático. A las cinco comenzamos el curso con el consabido acto de presentación a cargo de dos prebostes de la UNED en Jaén, la alcaldesa de Alcalá, Elena Víboras, y el director del curso, Carlos Martínez Shaw, catedrático de la UNED y académico numerario de la Real Academia de Historia. Tras este acto, las dos primeras clases, tras las cuales el Ayuntamiento ofreció un cóctel-merendola para que los participantes en el curso fuéramos conociéndonos. El cóctel terminó a altas horas de la noche en el pub L@Lola (creo que se llamaba así) que fue nuestro local nocturno de referencia durante el resto del curso.

El martes, después de las clases, nos ofrecieron la posibilidad de conocer la “Ruta de los Milagros”. La razón de ser de esta ruta viene de la existencia de los llamados “santos”: hombres de la zona a los que se atribuían poderes curativos y proféticos. Yo conocía su existencia por mi padre (que como recordaréis es también jienense): a un primo suyo, que tenía poliomelitis, le llevaron a ver al santo Custodio (uno de los “santos” más conocidos) y al poco tiempo se curó. Cerca de donde el santo Custodio iba a rezar habían levantado una ermita que la Iglesia oficial atribuyó a la Virgen de la Cabeza y donde, aun hoy, acude gran número de fieles a realizar peticiones a la Virgen y al santo Custodio. La ermita, por cierto, está situada en un lugar precioso, un balcón natural sobre la sierra donde nos sirvieron una sencilla (aunque excelente) cena a base de queso, jamón, pan y aceite, todo ello regado por abundante sangría.

El miércoles teníamos tarde libre en el curso, así que aprovecharon para ofrecernos una visita guiada a la Alhambra. Yo he estado varias veces en la Alhambra, la última hace un par de años o tres, pero, por supuesto, me apunté. Hasta que me aburra de ver la Alhambra me queda, al paso que voy, que pasen un par de vidas.

El jueves la visita correspondió a la propia Alcalá la Real, uno de los escasos lugares de la provincia de Jaén que me quedaban por conocer y que me sorprendió gratamente. Visitamos el museo municipal, situado en el Palacio Abacial, el Ayuntamiento, la Iglesia de las Angustias (muy curiosa su nave central y su bóveda), la de la Consolación y la de San Juan (donde visitamos un pequeño pero interesante museo de religiosidad popular). Y por supuesto la Fortaleza de la Mota, que domina la ciudad, donde estuvimos visitando las excavaciones arqueológicas, realizamos una cata de los vinos de la zona y luego nos ofrecieron un pincheo para que recuperáramos fuerzas tras la visita a la ciudad.

El viernes fue el día de las despedidas. Tras la entrega de diplomas y el cóctel-comida de despedida, llegó el momento de la separación. Atrás dejamos a un estupendo grupo de compañeros, a los profesores que han compartido su sabiduría y alguna que otra copa de vino con nosotros, a la gente del Ayuntamiento y de la UNED que han trabajado mucho para que pasáramos una excelente semana (y que además se venían con nosotros de juerga) y, por supuesto, a Alcalá la Real: una ciudad que nos recibió con los brazos abiertos, una gran desconocida que recomiendo vivamente que visitéis.

Aquí os dejo la página del Ayuntamiento de Alcalá la Real, para que os ilustréis sobre cómo llegar, qué visitar, dónde alojarse...

lunes, 9 de julio de 2007

Teatro y berenjenas

El último fin de semana de junio, Jajaja y yo estuvimos en el Festival de Teatro de la ciudad de Almagro. Vivimos unas jornadas con ese tipo de calificativos que nos gustan a los dos: culturales, gastronómicas, festivas, románticas… Llegamos a Almagro el viernes 29 a la hora de la comida. Encontramos con relativa facilidad la Hospedería Convento de la Asunción, lugar donde nos hospedamos y también comimos. Ambas actividades son recomendables en este establecimiento, que tiene la peculiaridad de los lugares austeros y sencillos pero, al mismo tiempo, distinguidos. A última hora de la tarde nos encontramos con un buen amigo que, además de ser lugareño, es un gran erudito y apasionado del arte. Con él recorrimos las calles de Almagro. Visitamos iglesias, el museo del Teatro, el Corral de Comedias, la casa-palacio de los Fugger... También, como no, “El rincón del monaguillo”, lugar en el que, desde nuestro “tendido”, disfrutamos de una cena “de oreja y vuelta al ruedo”. Como no podía ser de otra manera, fuimos al teatro. Tuvimos la suerte de poder asistir al estreno de la obra de Rojas Zorrilla “Del rey abajo, ninguno”. Bajo la dirección de Laila Ripoll, la Compañía Nacional de Teatro Clásico nos hizo disfrutar durante unas dos horas de un espectáculo en el que se funde música, bailes e historias de palacios y aldeas. Tras el teatro, una copa, en un patio precioso, en una compañía estupenda. Pero no sólo de cultura vive el hombre, al día siguiente tomaba peso la parte gastronómica. El lugar elegido fue uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad: El Corregidor, referencia fundamental de la nueva cocina manchega, así como de la tradicional. Está situado en pleno corazón de Almagro, muy próximo a la Plaza Mayor, junto a la Iglesia de San Bartolomé. Para bajar la comida, qué mejor que unirnos al desfile de gigantes y cabezudos venidos de diferentes ciudades españolas. Todo ello amenizado, como no podía ser de otra manera, por la “Banda de Música de Almagro”. Teatro, música, cultura, gastronomía, viaje, amigos, berenjenas…

El Festival dura hasta el 22 de julio, así que aún estáis a tiempo de ir. Aquí tenéis su página web, donde podéis consultar la programación.

domingo, 1 de julio de 2007

Pornografía en el Museo del Prado

“La Dánae que yo mandé a Vuestra Majestad se veía enteramente desde delante. Por esta razón, quise dar variedad en esta nueva poesía y mostrar la parte posterior del cuerpo. Esto hará que la cámara donde se colgará sea más agradable todavía”.


Las “poesías” en cuestión son los cuadros “Dánae” (que podéis admirar sobre este párrafo) y “Venus y Adonis”, del genial pintor veneciano Tiziano. Estas palabras, donde parece deducirse que son más importantes los encantos de las “churris” que en ellos aparecen que su innegable valor como obras de arte, eran enviadas por el propio pintor a su mecenas, Su Católica Majestad Felipe II. Y es que la existencia de gabinetes privados, donde los monarcas españoles podían disfrutar de obras que serían consideradas obscenas por la moral imperante en la época, fue una constante desde el siglo XVI hasta 1827, cuando se transfirieron al Museo del Prado (donde, por cierto, continuaron ocultas 11 años más, en una sala reservada a “personas de calidad social”).

Pero no solo fueron los reyes hispanos los aficionados a los cuadritos sicalípticos. Federico Gonzaga, duque de Mantua, por ejemplo, encargó a Correggio cuadros con un contenido sexual bastante explícito. Debajo de estas líneas, una muestra: "Júpiter e Ío".


Tampoco los reyes franceses escaparon a estas aficiones. Francisco I recibió como regalo de los Médicis el siguiente cuadro: “Venus y Cupido”, del pintor manierista Bronzino, ya que era bien conocido su amor al refinamiento y el erotismo.


Si queréis ver en persona algunos de estos cuadros, con los que las reales personas entretenían sus ratos de asueto (Felipe IV los tenía en el cuarto del Alcazar donde dormía la siesta), podéis acudir al Museo del Prado, donde incluso podréis contemplar otras obras maestras no relacionadas con el sexo.

Por último, no quería dejar pasar la ocasión de recomendaros el libro que me dio la idea para este artículo: “Como leer la pintura. Entender y disfrutar los grandes maestros, de Duccio a Goya”, de Patrick de Rynck, editado por Electa. A mí me sirvió para preparar la asignatura de Historia del Arte Moderno de la carrera de Historia de la UNED porque contiene un gran número de ilustraciones, de buena calidad, y aporta muchos datos útiles que se pueden utilizar en los comentarios de láminas de los exámenes. Pero también es un buen libro para cualquier aficionado al Arte, no importa cuales sean sus conocimientos, gracias al lenguaje sencillo con que está escrito.