jueves, 26 de abril de 2007

Sefarad en-clave intercultural

Este lunes día 23 de abril, en el Instituto Sefarad de Toledo, Centro de Educación Secundaria en el que trabajo, ha concluido la semana cultural en la que se han realizado diferentes actividades. Han sido varias jornadas de mucho trabajo en las que alumnos, personal no docente, padres, profesores y algunos invitados hemos colaborado. Se han programado conferencias, concursos, exposiciones, conciertos, etc., interfiriendo lo menos posible en la marcha de las clases. Por supuesto, ha habido un espacio para el “cambio climático” de la mano del Físico y Meteorólogo Luis Balairón Ruiz. También para nuestro concurso literario donde, afortunadamente, algunos chicos nos siguen sorprendiendo con sus capacidades literarias. Fotos enigmáticas, “filo-marcapáginas” en algunos casos lapidarios, percusiones y malabares. El colofón estuvo de la mano de la cadena SER, que realizó su programa local desde el salón de actos de nuestro Centro. Y, mientras tanto, se servía en el patio comidas de diferentes países que algunos de nuestros alumnos habían elaborado en sus casas. De todas estas actividades, me quedo con dos: el mercadillo solidario, en el que, entre las donaciones de unos, y las compras de otros, se han sacado unos 600 euros. La otra es el cross solidario: alumnos de 1º y 2º de ESO tenía que buscar patrocinadores entre familiares y amigos (algunos de nuestros niños llegaron a la cantidad de 90 euros) y luego ese dinero lo entregaban al concluir la carrera. Nuestros atletas solidarios consiguieron más de mil euros. La recaudación de ambas actividades contribuirá en la compra de un autobús para que niños de Nicaragua puedan acudir al colegio. Por unos días, el Sefarad, un Centro en el que conviven chicos de dieciséis nacionalidades diferentes ha sido/estado en-clave intercultural. A todos nos queda la satisfacción de haber enriquecido las aulas abriendo sus ventanas al mundo y, lo que es más importante, el reto de seguir haciéndolo cada día.

martes, 24 de abril de 2007

Música en el Círculo de Arte (y Teatro y Cine y... nada más)

El viernes pasado estuvimos Dorami y yo en un concierto en el Círculo de Arte de Toledo. El telonero era Amadeo, un compañero de mi churri, y el plato principal los Bloody Bodys, un grupo local que ha evolucionado desde el heavy hasta cierto estado entre siniestro y cosa rara. A mí ese tipo de música no me emociona demasiado, ni preveo que lo haga en un futuro cercano (los próximos mil años), así que, como me da un poco de pereza cambiar el título del artículo, voy a hablaros de otro grupo al que estuvimos escuchando el fin de semana anterior en el mismo lugar: los Coronas.

Los Coronas son un grupo de surf rock. ¿Qué leches es eso?, os preguntaréis. Yo, al menos, me lo preguntaba. No temáis, la Wikipedia viene en nuestra ayuda. Resulta que el surf rock es un estilo musical caracterizado por ritmos rápidos y bailables con los que intentan transmitir las sensaciones que se viven sobre las olas (?). El tema más popular de este estilo es Misirlou, de Dick Dale & The Deltones, tema principal de la banda sonora de Pulp Fiction. Pues los Coronas son un grupo madrileño, devoto de ese estilo, que se encuentra en estos momentos de gira, promocionando su último disco, Surfin’ Tenochtitlan, un recopilatorio de sus mejores canciones.

Lo que nos llamó la atención, hasta el punto de entrar a oírlos, fue un comienzo de pasodoble enlazado con un punteo de guitarra frenético. Dentro, más de lo mismo: ritmos rápidos, en ocasiones machacones, y divertidos mezclados con un toque racial (lo que comentaba del pasodoble, flamenqueo…) que lo hacen bastante original. Recomendable para pasar un rato divertido. Esta es la página del grupo.

Sobre los Coronas solo añadir una cosa más: “Go, Kato, go!”.



Más referencias culturales: Teatro y Cine.

En lo relativo al Teatro, comentaros que durante esta semana, desde el martes 24 hasta el sábado 28, a las 20:30, La Cuarta Pared Teatro Universitario estrena en la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid La bombilla que flota, de Woody Allen (para direcciones, dineros y demás, consultad el artículo "Teatro, la vida es puro Teatro"). Dorami y yo iremos seguramente el miércoles.

Por último un breve comentario sobre El buen pastor, de Robert de Niro, una película que podría haber estado muy bien pero que se ve lastrada por una primera parte demasiado lenta y en la que se recrea excesivamente y un final, que es cuando realmente las cosas se ponen interesantes, que resuelve de forma excesivamente apresurada, amontonando unos sucesos sobre otros. He de decir que a mí me gustó bastante más su anterior película, Una historia del Bronx. Una pena, porque en principio prometía.

miércoles, 18 de abril de 2007

La masturbación produce caspa

La masturbación es la principal causa del acné, de la debilidad mental y física, de las enfermedades cardiacas, de la atrofia de los testículos, de las enfermedades de la visión, de la epilepsia, de las enfermedades urinarias y de la locura. Ni las plagas, ni la guerra, ni la viruela, ni enfermedades similares han producido resultados tan desastrosos para la Humanidad como el hábito pernicioso del onanismo.

Vamos, que solo le falta producir caspa, diréis.

Pues el que así pensaba era el Dr. John H. Kellogg, famoso médico norteamericano, muy respetado (en su tiempo) e inventor de los cereales para desayuno. ¿Por qué, si no nos creemos lo que dice un médico, nos tragamos sin vacilar las más peregrinas afirmaciones que nos llegan por correo electrónico?

Hace un mes o mes y medio me llegó tropecientas veces (enviado por distintas personas) un mensaje diciendo que, si lo reenviaba a quince o veinte de mis contactos, Mercadona me daría un cheque regalo de 100 euros. Un par de semanas después recibí otro correo, reenviado por una de mis anteriores remitentes (y prolífica corresponsal), que comentaba que uno de los que había picado con la cadena había llamado a Mercadona y allí no tenían ni idea de lo que les estaba hablando. Como no tendrían ni idea los de Ericsson sobre un móvil último modelo que regalaban o Bill Gates, si le llamas para pedirle tu parte cuando se suponía que estaba repartiendo su fortuna (verídico). Esto es lo que se llama “hoax” (del inglés broma pesada), la adaptación a las nuevas tecnologías de las dichosas cadenas tradicionales, aquellas que si las rompías y no enviabas veinte cartas te caería encima una inspección de Hacienda, un meteorito o las obras completas de J. J. Benítez. Otro tipo de “hoax” es el que juega con tus sentimientos. ¿Recordáis a Billy, el niño con cáncer, que necesitaba un tratamiento costosísimo y al que America On Line daría 2 centavos por cada mensaje que reenviáramos? Pues no existe. Ni él, ni un montón de críos más con enfermedades a cual más terrible que proliferaban por el correo electrónico.

Bueno, de todas formas no es tan malo, diréis. Al fin y al cabo no he gastado demasiado tiempo (y probablemente será, incluso, de trabajo). Con los que apelaban a mi codicia no he perdido nada (y podría haber ganado mucho en el hipotético caso de que Bill Gates sí repartiese su fortuna) y con los que apelaban a mi compasión hasta me he sentido bien por un momento. Aparte de que esta mierda (perdón por la expresión) congestiona las redes, los servidores, nos hacen perder el tiempo, ayudan a conseguir direcciones de correo para poder realizar “spam” y hacen perder todo valor a cadenas creadas por gente que sí lo necesita, algunos correos, además, sirven para arruinar reputaciones y crear confusión y miedo entre los que lo reciben. Como el que me llegó a mí ayer.

El dichoso correíto dice que los lápices de labios de una serie de conocidas (y caras) firmas de cosmética contienen plomo. El plomo, para el que no lo sepa, es un metal pesado, se acumula en el cuerpo y es altamente tóxico (en la “güeb” del Ministerio de Trabajo podéis ver sus efectos). ¿Qué debería hacer una mujer que tiene algún lápiz de labios de los mencionados en el mensaje cuando ha recibido este correo, firmado por una tal Ana Isabela López Sales, doctora y trabajadora del Laboratorio de Genómica y Biología Molecular Bacteriana, y se lo ha creído? ¿Tirarlos? ¿Dejar de usarlos? ¿Regalárselos a su cuñada, que no tiene Internet? ¿Seguir usándolos con el miedo de que quizá sea verdad?

Personalmente considero que aterrorizar a la gente no tiene ni puñetera gracia. Porque no es solo un mensaje, sino una verdadera plaga: el del pis de las ratas en las latas de refrescos, el de los llaveros explosivos, el de los asesinatos rituales de las bandas latinas… Y el asunto tiene difícil solución a menos que los internautas nos concienciemos y cada uno ponga su granito de arena para detenerlo.

¡ROMPAMOS LAS CADENAS!

En la página de Rompecadenas podéis encontrar más información sobre cadenas y como identificarlas.

P.D.: Los dos últimos mensajes los he escrito sobre cosas que me han cabreado y eso me cabrea todavía más. Esta semana quería haber escrito sobre “La vida de los otros”, que por fin fuimos a ver el domingo, y que, coincido con Antares, es un PELICULÓN; no recuerdo cuanto tiempo hace que no veo una película tan buena como esta. Pero el correo del que hablo ha sido la gota que colma el vaso.

viernes, 13 de abril de 2007

Madrid: la ciudad de irás y no volverás.

El martes, aprovechando que tenía un curso en Madrid, quedé con unos compañeros de Universidad para tomar unas cañas. Como soy un convencido del transporte público, por lo menos para viajar por el centro de la capital del Estado, había dejado el coche en el aparcamiento de la estación de El Soto y bajé desde allí en tren a Atocha.

Pues bien, al final nos liamos, nos liamos y terminamos a altas horas de la noche. Emilio, uno de mis colegas, se ofreció a llevarme con su coche a recoger el mío. Y ahí empezó nuestra odisea.

Íbamos nosotros tan contentos bajando desde Ciudad Universitaria para tomar la M-30. Pasamos por el puente sobre ella para coger la rampa de acceso, viendo los coches circular raudos bajo nosotros, cuando nos encontramos, sin previo aviso y con luminosidad deficiente, que la incorporación a la M-30 estaba cortada. Volantazo y a seguir “p’adelante”. Ya nos salíamos de Madrid pero conseguimos dar la vuelta en un cambio de sentido (no señalizado). “No importa”, pensamos, “cogemos la M-30 en la incorporación del otro sentido”. Craso error, también cortada, de nuevo sin señalización. “Bueno, pues tiramos por el Paseo de la Florida y en la Puerta de San Vicente ya tomamos la Carretera de Extremadura”. Cuando llegamos allí tras un duro rally (ya quisiera ver yo en Madrid a Peterhansel) nos encontramos con que de Carretera de Extremadura nada: podíamos elegir entre volver al centro o seguir bordeando el Manzanares por Virgen del Puerto. Cuando tomamos esta calle le dije a Emilio que casi era mejor que me volviera a llevar a Atocha, que total, a las nueve de la mañana yo tenía que estar de nuevo allí. El derrotismo era injustificado, el Paseo de Extremadura estaba abierto y nos permitió escapar de la capital. Claro, no nos lo pusieron tan fácil como parece. En medio del puente sobre el río había dos grúas, una a cada lado, de forma que dejaban los carriles reducidos a uno en cada sentido, lo que provocaba un atasco cuanto menos curioso.

No soy de los partidarios de que (como dice la publicidad institucional del Ayuntamiento de Madrid) “nunca pase nada”, pero sí de una política que, aunque heterodoxa y novedosa en España, creo podría dar buenos resultados en materia de seguridad vial: informar a los conductores. Me parece que un conductor avisado es menos propenso a frenazos, volantazos y demás maniobras “riesgosas” que, sumadas a los “fernando alonsos”, alelados, borrachuzos y bandarras varios que pueblan nuestras carreteras, convierten la “condución” en las carreteras del Estado español en una especie de ruleta rusa sobre ruedas (al menos según los anuncios de la DGT).

Obviamente esta política tendría el inconveniente de retirarnos de los primeros puestos de la clasificación europea en mala señalización de las obras viales (los segundos, detrás de Italia). Concretamente las obras de la M-30 son las peor señalizadas de Europa. Pero claro, el que algo quiere, algo le cuesta.

martes, 3 de abril de 2007

Teatro, la vida es puro Teatro…

Antes de marchar es pos de mi churri a pasar la Semana Santa en Asturias os dejo una recomendación para que os cultivéis (cual campo de ajos). “No, no, que aprender es aburrido”, diréis. Nada más falso: el Teatro educa pero, a la par, entretiene. Aprovechemos, por tanto, que un año más llega el Festival de Teatro de la Universidad Politécnica de Madrid (y ya van dieciséis ediciones).

Este año el decano de los festivales de teatro universitario madrileños (y, por qué no decirlo, el de mayor calidad) celebra su decimosexta edición entre los días 26 de marzo y 28 de abril con 16 obras de 10 grupos de teatro distintos. La Cuarta Pared Teatro Universitario, mi grupo (y el de la ETS de Ingenieros Industriales), presenta este año dos obras: El Bazar de las Sorpresas, de Ernst Lubitsch, y La bombilla que flota, de Woody Allen. Aclaro que yo no participo en ninguna de ellas; este año me lo he tomado en plan año sabático.

El Bazar de las Sorpresas es una comedia romántica clásica, basada en una película de Lubitsch, en la que un grupo de empleados de una tienda de regalos en los años 30 comparten sueños de trabajo y amor. Pero una nube se cierne sobre esta comunidad… Esta obra está dirigida por Gonzalo, un tío a quien me honra poder llamar amigo, que, además, sabe un “güevo” de teatro. El “ésito” de No es tan fácil, la última obra que yo dirigí, se debió en buena parte a sus sabios consejos.

Las representaciones tendrán lugar del martes 10 al sábado 14 de abril, a las 20:30, en el Salón de Actos de la Escuela de Industriales, sita en la C/ José Gutiérrez Abascal, 2, junto al Museo de Ciencias Naturales, en la Castellana. El precio de las entradas es 3 € de nada. Si vais el jueves probablemente nos encontraréis a Dorami y a mí por allí, firmando autógrafos.

Aquí os dejo el enlace a una página de la Politécnica sobre el Festival y, sin más, me despido hasta después de Semana Santa.

P.D.: Fernando, otro colega, sigue triunfando con su espectáculo Mirca y Pompón (Fer es Pompón) en la Sala Karpas, en Antón Martín, todos los sábados, domingos y fiestas de guardar hasta el 20 de mayo. Se trata de una obra para niños (y niñas, ¡viva lo políticamente “correto”!) de 9 meses a 5-6 años. Así que los papis (y las mamis) ya tenéis donde llevar a vuestros churumbeles estas vacaciones. Aquí os dejo la dirección del blog Teatrerías, donde podéis encontrar más información.

Y ahora sí que me despido de verdad. Que paséis buenas vacaciones.