sábado, 22 de diciembre de 2007

Feliz Navidad y eso

Supongo que en estas fechas lo propio es desear feliz Navidad y esas cosas. Yo, la verdad, al contrario que Dorami, no soy muy aficionado a la Navidad. He de reconocer que tiene sus ventajas: no negaré que me gusta que haya días de fiesta para no ir a trabajar, que me regalen cosas y ese ambientillo tolerante en el curro que te permite comportarte como el vulgo supone que los funcionarios nos comportamos normalmente. Pero hay una cosa de la Navidad que me fastidia enormemente. No es el consumismo y el derroche, aunque me parece que nuestro comportamiento revela que hemos olvidado el verdadero sentido de la Navidad: celebrar el nacimiento de ZP. Lo que más me fastidia es el falso “buen rollo” que se pone de moda con esto de la Navidad.

Y digo falso “buen rollo” porque la Navidad es, al contrario de lo que nuestros deseos de paz y amor podría hacernos suponer, la época en la que hay más violencia, más peleas familiares y más maltrato doméstico (no me pidáis datos estadísticos sobre esto porque no los tengo, de hecho no sé si es cierto, lo que no me impediría defender ferozmente su veracidad). Yo he visto cosas que vosotros no creeríais... Atacar un coche con un carrito de niño (afortunadamente sin niño dentro) en un Cortylandia. He visto carreras, empujones y pisotones por unos miserables caramelos arrojados desde una carroza de cabalgata, cerca de la Puerta del Sol. Todos esos momentos... se perderán en el tiempo... como lágrimas en la lluvia... Recuerdo cuando nos cambiaron el número de teléfono y nos pusieron el que había tenido, hasta un año antes, la residencia de ancianos de mi pueblo. Pasamos años recibiendo llamadas de la verdulería, del hospital para que los viejos fueran a hacerse pruebas, de la funeraria… Pero lo peor eran las Navidades:
- Buenas tardes. ¿Me puede poner con Fulano de Tal?
- No, no puedo. Este ya no es el número de la residencia de ancianos. Esto es una casa particular.
- ¿Seguro?
- Pues sí. Hace cuatro años que cambiaron el teléfono de la residencia de ancianos.
- ¿Pero entonces no puede pasarme con Fulano de Tal? – insistía el cretino.
- No. Ya le he dicho que esto no es la residencia de ancianos
- Entonces, ¿dónde estoy llamando?
- Pues a mi casa. A un teléfono que hace ya cuatro años no es el de la residencia de ancianos.
- No puede ser. Si hace quince días llamé a mi padre.
Entonces yo ya lo veía todo rojo. “Pero como puedes ser tan hijo de puta para no haber llamado a tu padre desde hace cuatro años”, empezaba a balbucear, indignado.
- No se ponga así, que estamos en Navidad – te soltaba entonces el muy cabrón.
A este falso “buen rollo” me refiero. Esta gente merecería morir estrangulados con alambre de espino. Y mientras te golpean con sus bracitos, cada vez con menos fuerza, tratando de zafarse inútilmente, habría que decirles: “No te pongas así, que estamos en Navidad”.

En Gatos en Carnaval ya estamos hartos de “buen rollismo” barato. Vamos a revelaros lo que no querían que supierais, lo que se esconde detrás de este gran montaje. Con todos vosotros un reportaje que deja al descubierto “La Gran Mentira”:



La verdad es como una patada en los “güevos”: dolorosa y normalmente innecesaria.

Bueno, pues este artículo, como el año, se acaba. Así que, en Gatos en Carnaval, como en la tele, llega el momento de los mensajes navideños:



Y continuando con mensajes de Navidad de gente siniestra, aquí os dejamos el de Condoleeza Rice:



Pues eso, sed felices. Pero no porque lo diga el calendario sino porque tengáis motivos para ello.

martes, 18 de diciembre de 2007

Sopa, vampiros y cintas de vídeo

Lunes por la noche. Después de una cena entrañable en la que recuperamos la sopa de letras (sí, sigue existiendo) lo preparamos todo para una sesión de cine. Mi amigo Antonio me había hablado en la comida navideña de una de sus películas preferidas: Deseando amar (In the Mood for Love) de Wong Kar-Wai. El caso es que nuestro plan original se malogró, pues el DVD debe estar defectuoso. Nos quedamos compuestos y sin película. Aquí es cuando a esta menda, que de vez en cuando da la campanada, se le ocurre decir aquello de: ¿por qué no vemos una peli de las tuyas? Bueno, he de reconocer que mi pregunta exacta fue: ¿por qué no vemos la peli más friki que tengas? Sí, ya sé que yo me lo busqué, que se lo puse a huevo. Son de esas cosas que se dicen sin pensar y, como mucho, pueden pensarse pero no decirse. Mi chati se transformó al segundo: el ritmo cardiaco acelerado, el pulso irreconocible, los ojos encharcados en sangre…. Le faltó tiempo para meter un disco de su “colección especial”. Atención al título: Jesucristo cazador de vampiros. En fin: hilarante. Jesús vuelve a la tierra para llevar a cabo una nueva misión: un ejército de vampiros (capaz de resistir la luz del día) empieza a matar a las lesbianas canadienses y Jesucristo se enfrenta a ellos con la singular ayuda del ídolo mejicano conocido como “el Santo” o “enmascarado de plata”. El argumento es ya bastante significativo. Soy incapaz de hacer comentario alguno sobre la interpretación de los “actores”, la música, los efectos especiales. ¿Y qué decir del Jesús “regresado”? Para que os hagáis una idea: algo así como el cura roquero de Ponferrada, con su piercing y todo, ah, y con un dominio de las artes marciales a lo Matrix… No sé que más puedo decir. Qué en esta vida hay que tener amplitud de miras y estar abierto a toda forma de expresión artística. Sobre todo, porque esto, al menos en mi caso es así, te ayudará a entender mejor a esos “bípedos implumes” con los que convivimos. Ya lo dijo Confucio:”dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición” ¿Acabaré viendo Kárate a muerte en Torremolinos?



PD: Feliz Navidad a todas las felinas y felinos asiduos de nuestro callejón. Ojalá nos veamos todos tras las vacaciones. ¡Ea, miau!

viernes, 14 de diciembre de 2007

De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente

Hace unos días fue el llamado puente de la Constitución. ¿Dónde fuisteis Dorami y tú?, nos preguntaréis, pensando que nuestro espíritu viajero nos habrá empujado a paradisíacas playas o legendarias ruinas. Pues ni lo uno ni lo otro (bueno, más de lo segundo sí, como veréis). Este puente, dijimos, nos quedamos en casa. Ya está bien de gastar pasta, que la vida está muy “achuchá”.

Eso nos propusimos. El jueves, al menos, lo cumplimos. Comidita en casa, fabada preparada por Dorami, que por cierto le salió riquísima, con visita de Raquel e Iván. El viernes ya rompimos un tanto nuestros propósitos. Bajamos a Madrid a hacer algunas compras y nos encontramos con un maremágnum de gente. Al final tuvimos suerte y no necesitamos esperar demasiada cola en ningún sitio.

El sábado, por lo de no vamos a pasarnos el día encerrados en casa, sí que salimos de viaje. Cortito, a Segóbriga, en la provincia de Cuenca cerca de Tarancón. Segóbriga era una antigua ciudad romana cuyos restos excavados forman ahora parte de la red de parques arqueológicos de Castilla-La Mancha. Hay un centro de recepción de visitantes, donde te explican un poco como era la ciudad y las piedras. Entre estas destacan, por lo bien conservadas, el anfiteatro, con una capacidad para unos 5.000 espectadores, y el teatro, bastante más pequeño, y es que a los romanos eso del Teatro… ¡puf! Lo que más les gustaba eran, al parecer, las farsas y algunos espectáculos seudopornográficos. Vamos, que se nota que somos descendientes suyos. A los romanos probablemente les hubiera encantado el Tomate. Volviendo al tema: en resumen, que Segóbriga es un sitio curioso. ¡Ah! Y en el cercano pueblo de Saelices hay un restaurante (que nos recomendó nuestra amiga Yasmina), las Termas de Segóbriga, donde se come de vicio. Recomiendo especialmente la caldereta de cordero.

Por la tarde aprovechamos para ir a Uclés. El monumento más destacado de este pueblo es el monasterio de la Orden de Santiago, un grandioso edificio que se te aparece de pronto al coronar una loma. Si pasáis cerca no dejéis de acercaros, aunque sea para verlo desde fuera.

A nuestra vuelta a Toledo estuvimos cenando y tomando una copa con Antares y Lady H, que se acercaron viernes y sábado a nuestra ciudad. Supongo que un reportaje sobre su visita estará al caer en Viaje a las Pléyades, su blog.

El domingo (ya se termina el puente, ¡oh, que pena!) fuimos a casa de mis progenitores, a que Dorami probara las migas de mi padre. Luego, por la tarde, estuvimos en el cine, viendo El orfanato. Como esta película no es ninguna novedad no me voy a extender demasiado con ella. Solo decir que es entretenidilla pero no demasiado original. A mí me pareció una mezcla de Los otros y Poltergeist.

Así que ese fue nuestro puente. Pensábamos que tendríamos unos días tranquilos y al final casi no paramos en casa.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Expocómic 2007

Expocómic es, por si alguno de vosotros no lo sabe, el salón de la historieta de Madrid. Este año se ha celebrado entre los días 29 de noviembre y 2 de diciembre, así que algunos lo habréis visto anunciado. Otros, la mayoría, no tendréis ni idea de lo que estoy hablando. La historieta, en Madrid, parece que continúa siendo cosa de niños, friquis y gafapastas. Para las instituciones no existe y para los medios de comunicación es una noticia de relleno, al contrario que en Barcelona, donde su Salón del Cómic sí recibe la atención que merece.

Ya que las instituciones no lo apoyan, mi amigo Ricardo y yo sí lo hacemos. Año tras año peregrinamos a este evento a que nos cobren una carísima entrada por visitar tenderetes de venta de tebeos (antes por lo menos hacían descuento en las compras, pero ahora ni eso), echar un vistazo a unas exposiciones bastantes cutres y contemplar la fauna que pulula por allí. Y es que los visitantes merecen un capítulo aparte. Son, posiblemente, lo mejor del Salón. Cuando Dorami me llama friqui porque tengo un peluche de Cthulhu encima de nuestra cama, yo entrecierro los ojos y le digo: “Tú no has visto friquis de verdad, muñeca”. Si hubiera ido al Expocómic los habría visto. Góticos con camiseta de esqueletos, góticas con pendientes con forma (y tamaño) de jeringuilla, tíos gordos vestidos de sacerdotes de cultos alienígenas, adolescentes vestidas de heroínas del manga, el inevitable chalado por la “Guerra de las galaxias”, tipos vestidos de asesinos mutantes… Un zoo, vamos.

Pasemos discretamente sobre el hecho que actualmente el Salón es algo bastante parecido al tocomocho y vayamos a lo importante, que al fin y al cabo son los tebeos. Parece mentira que los aproximadamente nueve meses que llevamos con el blog haya hablado tan poco de tebeos, dada mi afición por esta forma de arte. Hoy voy a resarcirme.

En primer lugar, y dado que Carlos Giménez estaba firmando en el “stand” de Glenat, Ricardo y yo nos compramos las dos últimas obras que le han editado y fuimos en busca de una dedicatoria suya. Ricardo cogió “Los cuentos del tío Pablo”, una reedición de historias cortas y yo “36-39: Malos tiempos”, su última obra, una visión sobre el horror de la guerra (en este caso la Guerra Civil Española) vista desde la retaguardia. Aunque para mí está muy lejos de ser su mejor obra, no me defraudó. Divertida, horripilante, ingeniosa, estremecedora, impregnada de realismo y alejada de maniqueísmos, es una lectura muy recomendable. De todas formas, ya que he dicho que “36-39” no es su mejor obra os voy a recomendar dos series de álbumes que se encuentran entre “lo más mejor” de la historieta patria: “Los profesionales”, una descacharrante visión de sus comienzos como autor profesional de historietas en la España franquista, e “Historias de sexo y chapuza”, una divertidísima serie de historietas cortas. Geniales: Cualquiera que tenga el más mínimo interés en el Arte español contemporáneo debería leerlos.

Ricardo me recomendó también un volumen del guionista irlandés Garth Enis, “The Boys”. Enis es un grandísimo guionista y uno de los autores más de moda en Estados Unidos. Desgraciadamente su afición por la violencia, las vísceras y las perversiones sexuales hace que a veces guionice tebeos donde desperdicia su considerable talento en páginas que no son más que amasijos de brutalidad infecta. No es el caso de “The Boys”, donde hay, por supuesto, violencia, vísceras y perversiones sexuales, pero están al servicio de un buen guión. El tebeo trata de “The Boys”, un grupito de individuos contratados por la CIA para mantener a raya a los superhéroes. Desgraciadamente la gente de Wildstorm no comparte mi opinión porque, horrorizados ante el cariz que estaba tomando la serie y a pesar de los excelentes resultados de ventas, la cancelaron. Esperemos que llegue pronto su continuación publicada por alguna de las editoriales “independientes”.

El último tebeo que compré fue “The Forty niners”, de Alan Moore (en pie y saluden… gracias, pueden sentarse), una precuela de “Top 10”. Alan Moore es, por qué no decirlo, un genio. Renovó la historieta de superhéroes con Watchmen, la volvió a renovar con Miracleman y casi todo lo que saca oscila entre lo muy bueno y la obra maestra. Claro que cuando la caga, la caga a base de bien. “Serpientes y escaleras” o “La voz del fuego”, su primera novela, son dos truños infumables. Pues bueno, a lo que íbamos: Hace unos años el Sr. Moore, harto de las grandes editoriales y en uno de esos raptos de egolatría a los que tan acostumbrados nos tiene (y que, por lo menos en su caso, son justificables) fundó ABC, America Best Comics (usease, “los mejores tebeos de América”, en sajón), nombrecito que tuvo que causar algún que otro cabreo teniendo en cuenta que Alan Moore es inglés y los americanos muy suyos. Sacó varios tebeos bastante potables entre los que destacaban “La liga de los caballeros extraordinarios” (nada que ver con la película, como la mayor parte de las obras que han sido adaptadas al cine) y “Top 10”, una especie de “Canción triste de Hill Street” en una ciudad poblada por superhéroes. Tanto uno como otro son de lo mejor que se ha hecho últimamente en el tema de los superhéroes. “The Forty-niners” no está a la altura de “Top 10” pero aun así es entretenido.

Esto se ha extendido ya demasiado, así que aquí os dejo. Espero que alguno de los títulos que he mencionado haya despertado vuestra curiosidad, lo leáis y paséis un buen rato con él.

Que Nabozho, el Gran Conejo, convierta a vuestros enemigos en gusanos.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Cocido y violencia en Camarenilla

Estaba yo el jueves pasado comiendo tan ricamente con unos compañeros en la Finca Valdespinos, en el pueblo toledano de Camarenilla, poniéndonos hasta las trancas de cocido y migas, cuando fuímos testigos de hechos que nos estremecieron hasta los tuétanos.

Como decía, estabamos nosotros comiendo tranquilamente, cuando de pronto oímos dos tremendos golpes en la puerta del comedor. Un momento después un individuo sudamericano, bien trajeado, apareció corriendo y gritando:

- ¡Llamen a la policía! ¡Nos atracan! ¡Nos van a matar a todos!

En ese momento algunos pensaron que es venía a avisarnos porque nos iban a atracar a los que estabamos en el comedor. A mí no se me ocurrió, la verdad. Pero el tío continuaba:

- ¡Tienen secuestrada a mi mujer y mi hija! ¡Que alguien haga algo!

Y salió corriendo seguido por un grupillo de los que estaban en el comedor. Yo, me quedé sentado, tan ricamente porque, pensé, esa gente que atraca no es buena. A ver si vamos, con la tontería, a tener una desgracia. Yo soy una persona con mucho que perder: vivo con una mujer a la que quiero y que me quiere, soy funcionario fijo del grupo A, tengo un coche pagado y una casa a medio pagar... A buscar aventuras que vayan los interinos y los que trabajan en la privada que, al fin y al cabo, para la vida que llevan...

Pues eso, que yo me quedé en el comedor y al cabo de un rato los aventureros comenzaron a volver. Nos contaron que cuando llegaron al aparcamiento, los atracadores habían salido corriendo con su coche. Un par de personas habían cogido la matrícula. Al parecer a la mujer y a la hija no les había pasado nada, lo único que a la mujer le habían quitado los papeles.

A partir de ahí empezó la rumorología. Se habló de un ajuste de cuentas porque una cocinera había salido cuando empezó el jaleo y los atracadores la apuntaron con una pistola y la dijeron que volviera dentro o se la cargaban. Se añadió a lo del ajuste de cuentas que era por un tema de protitución, al parecer por la pinta que tenía la supuesta mujer (?). El "experto" era un chaval que hablaba de la prostitución con mucho conocimiento de causa. Quizá ha pasado un par de veces en coche por delante del "Conejo de la Suerte". Al fin y al cabo, el otro día vi en la tele a un tipo que decía que sabía que Eva Sanum continúa enamorada del "Prínzipe" porque él se ha cepillado a un montón de danesas y suecas. Otros eran partidarios de que el tipo era un gancho, para que la gente llamara a la Policía y medir cuanto tiempo tardaban en llegar allí, con vistas a un posible atraco futuro a todos los clientes del restaurante. El remate fue cuando alguien comentó, espero que en broma, que él había pensado que nos había invadido el ejército venezolano, por lo de Chávez y el Rey.

Un cuarto de hora o veinte minutos más tarde apareció la Benemérita y el "experto" se fue hacia ellos raudo cual cohete. Hablaron con alguna gente. Dieron una vuelta y se largaron. Y así hicimos nosotros: de vuelta a la civilización. Atrás quedó el episodio más emocionante de la semana pasada. Por eso os lo cuento. Lo del sexo tántrico tendrá que esperar a otro día.

Por cierto: muy ricos, tanto el cocido como las migas.