Ayer fui a ver Sin City 2, la primera película de Frank Miller como director en solitario. Para su estreno ha optado por una secuela de la película que le dio fama entre el público general. La verdad es que la película no me atraía demasiado, pero todo sea por compartir un rato con mi amigo David, hombre culto, buen conversador, buena persona y tan friqui de la historia militar como yo o más.
En esta secuela volvemos a los decorados y la estética particular, importada del tebeo, que hicieron famosa a Sin City. Sin embargo, en esta ocasión, Miller se ha decantado por una historia original. Y la ha cagado. Miserablemente. Parece mentira que el autor de una obra maestra como “El regreso del Caballero Oscuro” nos pueda sorprender con semejante mierda de guión, una historia simple hasta el encefalograma plano, con momentos cumbre como en el que el protagonista busca a su antagonista femenina con una fotocopia de su culo, que acaba identificando el portero enano de un hotel (verídico). Los personajes son planos, el protagonista es una mezcla de macarra de discoteca, putching-ball y desviado sexual que, prácticamente, se la “machaca” pensando en “su” ciudad (¿qué perversión será esa?, ¿polisfilia?); las actrices son muy decorativas todas ellas pero prácticamente intercambiables; y el malo es un payaso patético, una fallida imitación del Joker, que, ya que no puede llamar nuestra atención por su personalidad, lo intenta a base de un desfile de trapitos, a cual más ridículo. La ambientación es surrealista: aviones de los años treinta se mezclan con helicópteros Apache y armamento que parece salido de un manga futurista, no sabemos si estamos en el presente, en el pasado, en el futuro o en una noche de indigestión del señor Miller por haber comido excesivas “fried beans”. Las escenas de acción son a cual más chorra: vale que estemos en una película, vale que las películas de acción no son realistas, pero entre el realismo y pasarse por el forro las leyes de la Física, la lógica y el buen gusto, hay un término medio. Pero lo que se lleva la palma son los diálogos, que son de vergüenza ajena. Para muestra, esta perla: “Todo es más divertido con un water”, dice el malo encasquetándole al protagonista la taza de un retrete en la cabeza. Caca, culo, pedo, pis.
Sin City 2 es, por tanto, una película que podría compartir cartel en un festival de cine de serie Z con joyas como “Jesucristo cazador de vampiros” o “Kárate a muerte en Torremolinos”, aunque hay que admitir que es claramente inferior a las dos anteriores debido a su absoluta falta de sentido del humor. No hay más patético en cine que una película ridícula que intenta que la tomemos en serio. En resumen, una firme candidata al galardón de peor película del año.
P.D.: Corre el rumor por ahí que Sin City 2 está basada en The Spirit, la genial historieta del aun más genial Will Eisner (de la que hablaba en mi anterior artículo). Una mera coincidencia de nombres. Se parece tanto al tebeo como la otra Spirit, la de dibujos animados sobre un caballo.
P.P.D.: Aprovecho para felicitaros (con retraso) la Navidad y desearos un próspero año 2009. Hoy me marcho a pasar la Nochevieja con mis padres y el día 2 me voy a Asturias a recoger a Dorami, que está pasando estas fiestas con su familia. Después de Reyes estaremos por aquí de nuevo.
En esta secuela volvemos a los decorados y la estética particular, importada del tebeo, que hicieron famosa a Sin City. Sin embargo, en esta ocasión, Miller se ha decantado por una historia original. Y la ha cagado. Miserablemente. Parece mentira que el autor de una obra maestra como “El regreso del Caballero Oscuro” nos pueda sorprender con semejante mierda de guión, una historia simple hasta el encefalograma plano, con momentos cumbre como en el que el protagonista busca a su antagonista femenina con una fotocopia de su culo, que acaba identificando el portero enano de un hotel (verídico). Los personajes son planos, el protagonista es una mezcla de macarra de discoteca, putching-ball y desviado sexual que, prácticamente, se la “machaca” pensando en “su” ciudad (¿qué perversión será esa?, ¿polisfilia?); las actrices son muy decorativas todas ellas pero prácticamente intercambiables; y el malo es un payaso patético, una fallida imitación del Joker, que, ya que no puede llamar nuestra atención por su personalidad, lo intenta a base de un desfile de trapitos, a cual más ridículo. La ambientación es surrealista: aviones de los años treinta se mezclan con helicópteros Apache y armamento que parece salido de un manga futurista, no sabemos si estamos en el presente, en el pasado, en el futuro o en una noche de indigestión del señor Miller por haber comido excesivas “fried beans”. Las escenas de acción son a cual más chorra: vale que estemos en una película, vale que las películas de acción no son realistas, pero entre el realismo y pasarse por el forro las leyes de la Física, la lógica y el buen gusto, hay un término medio. Pero lo que se lleva la palma son los diálogos, que son de vergüenza ajena. Para muestra, esta perla: “Todo es más divertido con un water”, dice el malo encasquetándole al protagonista la taza de un retrete en la cabeza. Caca, culo, pedo, pis.
Sin City 2 es, por tanto, una película que podría compartir cartel en un festival de cine de serie Z con joyas como “Jesucristo cazador de vampiros” o “Kárate a muerte en Torremolinos”, aunque hay que admitir que es claramente inferior a las dos anteriores debido a su absoluta falta de sentido del humor. No hay más patético en cine que una película ridícula que intenta que la tomemos en serio. En resumen, una firme candidata al galardón de peor película del año.
P.D.: Corre el rumor por ahí que Sin City 2 está basada en The Spirit, la genial historieta del aun más genial Will Eisner (de la que hablaba en mi anterior artículo). Una mera coincidencia de nombres. Se parece tanto al tebeo como la otra Spirit, la de dibujos animados sobre un caballo.
P.P.D.: Aprovecho para felicitaros (con retraso) la Navidad y desearos un próspero año 2009. Hoy me marcho a pasar la Nochevieja con mis padres y el día 2 me voy a Asturias a recoger a Dorami, que está pasando estas fiestas con su familia. Después de Reyes estaremos por aquí de nuevo.
8 comentarios:
¡Ohhhhhhh! ¡Qué chasco! Yoo quería verla, pero creo que me la ahorro.
Un abrazo.
No hay nada peor que las películas que se toman demasiado en serio a sí mismas, ¿porqué tuvieron tanto éxito las primeras pelis de Star Wars(episodios 4,5,6)?, ¿no fué una de las razones el sentido del humor que tenían?.No he visto Sin City 2, pero no creo que vaya..Por cierto, en la última de "Lleims Bon" pasa lo mismo, carencia absoluta de sentido del humor,infumable; por favor, esa ironía británica, que se note..
¡FELIZ AÑO 2009!, que el gran dios Pan nos colme de parabienes..
Pos vaya, que bodrio, gracias por avisar.
Qué buena la del regreso del caballero oscuro...
Feliz año para ti y Dorami y besos.
creo que sale Scarlett Johansson, sólo por eso ya la veré jajaja
besos.
Pues te ahorrarás también, Suntzu, aporrear la taquilla presa de indignación, exigiendo que te devuelvan tu dinero. Al menos esa fue la sensación con la que yo me quedé y todos lo que conozco que la han visto.
Coincido contigo, Antares, lo de ser "serios" y "profundos" es una maldición que se está extendiendo por el cine como plaga de langosta. ¿No se dan cuenta de que todo es mucho más entretenido si te lo tomas con humor? (con humor, no con water).
Con lo del Caballero Oscuro, Peritoni, me refería en esta ocasión al tebeo (aclaro). Aunque la película hay que decir que también está muy bien.
No sé, Fernando. Desde que hay Internet, que es gratis, yo ya no voy al cine a ver tías buenas. No es que me parezca mal que salgan en las películas (que no me parece, estoy encantado), pero no voy a ir al cine solo por ver a una maciza.
Feliz año a todos. Besos, abrazos y que Nabozho, el Gran Conejo, convierta a vuestros enemigos en gusanos.
NO digo verla en el cine, digo verla ;)
un abrazo
p.d: es que Scarlett me tiene loquito jaja
Uy, uy, uy, uy, Fernando. No estarás acaso pensando en lo que yo creo. Recuerda que bajarte cosas con el Emule hace llorar a Ramoncín...
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