El surrealismo es una tendencia artística surgida entre los años 1920 y 1930. Su aparición oficial se concibe en 1924, con la redacción de El Manifiesto Surrealista por el poeta y crítico francés André Breton. Al principio este fue un movimiento literario y filosófico pero los pintores no tardaron en incorporarse a él. Como todo ser humano, los artistas se sintieron frustrados con las pésimas condiciones en que se encontraba Europa a fines de la Primera Guerra Mundial, por lo que su inspiración no la buscaban en la realidad, sino en sus sueños y fantasías. Como es de suponer, la aparición del psicoanálisis de la mano del psicólogo alemán Sigmund Freud, influenció enormemente el desarrollo de esta técnica artística, ya que pone un especial énfasis en el inconsciente del hombre.
El mundo surrealista se puede definir como caótico, absurdo e irracional. Es como la exteriorización de lo interior, sin control racional y sin obstáculos morales o estéticos. Dicho de forma breve: es una forma de olvidarse de la realidad; por algo su significado se deriva de dos raíces griegas: sub, que significa por debajo, y realismo que implica lo que realmente es, o sea, la realidad.
Si habéis leído la obrita del escritor checo Frank Kafka, La Metamorfosis, convendréis conmigo en que es un buen referente para entender, a través de su protagonista, Gregor Samsa una existencia surrealista. Esta obra, publicada en 1915, narra la historia de Gregorio Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia a la que él mantiene con su sueldo y que un buen día amanece convertido en una criatura no identificada claramente en ningún momento, pero que tiende a ser reconocida como una especie de cucaracha gigante.
Bueno, pues ésta ha sido una de mis lecturas durante las recientes vacaciones de Navidad en Asturias. La he compaginado con uno de mis libros preferidos: La vida exagerada de Martín Romaña, del escritor peruano Bryce Echenique.
La verdad es que no he podido escoger mejor el acompañamiento literario de esta última estancia en casa de mis padres. Exagerada es mi madre, a la hora de comer (que llegó un momento en que era cualquier hora). Y mi hermano, otro tanto de lo mismo: se pasó todas las vacaciones ensayando la misma canción con su nuevo instrumento, una armónica. Y para surrealista la presencia del “enano”. Me explico: el enano es nuestro vecino de arriba. Es un ser diminuto en estatura, pero grande en maldad. ¡Qué inocente parece cuando va por las calles tocando su armónica y ofreciendo al personal los cestos de mimbre que él mismo fabrica con sus “manecillas”! Ni habla, ni conversa, ni se socializa… Se limita a vocearle a una radio que tiene encendida a volúmenes insoportables para “humanos normales” y a emitir gemidos animales que sólo hace cuando sube las escaleras al piso de arriba (nosotros vivimos en el de abajo) y pasa delante de nuestra puerta. Lo peor de todo esto es que mi madre empezó contestándole con un sonido más o menos similar (por eso de picar al enano) y luego terminamos todos (incluido Jajaja) soltando todo el día graznidos. Llego un momento en que todo me pareció exagerado y surrealista, hasta tal punto que una noche soñé que mi hermano se convertía en una especie de “enano gigante” que graznaba y que vivía de tocar la armónica y hacer cestos de mimbre… Qué raro es todo.
El mundo surrealista se puede definir como caótico, absurdo e irracional. Es como la exteriorización de lo interior, sin control racional y sin obstáculos morales o estéticos. Dicho de forma breve: es una forma de olvidarse de la realidad; por algo su significado se deriva de dos raíces griegas: sub, que significa por debajo, y realismo que implica lo que realmente es, o sea, la realidad.
Si habéis leído la obrita del escritor checo Frank Kafka, La Metamorfosis, convendréis conmigo en que es un buen referente para entender, a través de su protagonista, Gregor Samsa una existencia surrealista. Esta obra, publicada en 1915, narra la historia de Gregorio Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia a la que él mantiene con su sueldo y que un buen día amanece convertido en una criatura no identificada claramente en ningún momento, pero que tiende a ser reconocida como una especie de cucaracha gigante.
Bueno, pues ésta ha sido una de mis lecturas durante las recientes vacaciones de Navidad en Asturias. La he compaginado con uno de mis libros preferidos: La vida exagerada de Martín Romaña, del escritor peruano Bryce Echenique.
La verdad es que no he podido escoger mejor el acompañamiento literario de esta última estancia en casa de mis padres. Exagerada es mi madre, a la hora de comer (que llegó un momento en que era cualquier hora). Y mi hermano, otro tanto de lo mismo: se pasó todas las vacaciones ensayando la misma canción con su nuevo instrumento, una armónica. Y para surrealista la presencia del “enano”. Me explico: el enano es nuestro vecino de arriba. Es un ser diminuto en estatura, pero grande en maldad. ¡Qué inocente parece cuando va por las calles tocando su armónica y ofreciendo al personal los cestos de mimbre que él mismo fabrica con sus “manecillas”! Ni habla, ni conversa, ni se socializa… Se limita a vocearle a una radio que tiene encendida a volúmenes insoportables para “humanos normales” y a emitir gemidos animales que sólo hace cuando sube las escaleras al piso de arriba (nosotros vivimos en el de abajo) y pasa delante de nuestra puerta. Lo peor de todo esto es que mi madre empezó contestándole con un sonido más o menos similar (por eso de picar al enano) y luego terminamos todos (incluido Jajaja) soltando todo el día graznidos. Llego un momento en que todo me pareció exagerado y surrealista, hasta tal punto que una noche soñé que mi hermano se convertía en una especie de “enano gigante” que graznaba y que vivía de tocar la armónica y hacer cestos de mimbre… Qué raro es todo.
9 comentarios:
¡Caray! Pero raro, raro. Apunto el libro. Me ha hecho gracia la entrada porque dentro de nada tengo que estar explicándole eso mismo a mis cafres...
Un abrazo a los dos.
Y feliz año, que hacía un tiempo que no me pasaba por aquí.
Dorami, dichosos los ojos!.
Vaya vacaciones surrealistas que has tenido, jajajjajaja, aunque lo del enano de arriba me da un cierto yuyu...
Besus.
Dorami se te olvidan dos detalles tuyos:
*La cucaracha se pasó las vacaciones durmiendo.
*La risas que vos pegasteis con los dos enanitos y sus Guaaaaaaaaaaaaaaa....¡¡¡
Y dos datos del enenito pequeño:
*No puede ver ningun gato en las escaleras del delito.
*Tiene por costumbre retener a clientes dentro de las sucursales hasta que aparezcan sus Euros.
Saludos carnavalescos desde Asturias.
¡¡¡GÑAAA!!!
Suntzu: Me alegra encontrarte después de algún tiempo. Precisamente yo releí La metamorfosis porque mis alumnos de Ética de 4º de ESO me dijeron que su profesor de lengua se lo había mandado e igual me hacían alguna preguntilla...
Peritoni: no te creas, que a mí también me da un poco de "yuyu" el enano. Prefiero no encontrarlo, pero como cuando está en el portal se hace notar, pues espero un ratín y listo.
Pobrecito hablador: de pobrecito nada, menudo bicho que estás hecho tú también... En efecto, la historia del enano tenía algún que otro capítulo más, pero siembre puede haber una segunda parte.
Jajaja, qué te puedo decir que ya no sepas: ¡gñaaa!
Estimada Dorami:
Aquí me tienes dispuesto a dar el toque pedante y tocapelotas a esta aportación bloguerra. A pesar de que mucha gente crea que surrealismo es una “paletización” de la palabra “subrrealismo”, la verdad no es esa. Es una palabra que viene del vocablo francés “surréalisme” que, a su vez, está formado por las palabras “sur” y “réalisme”. La primera significa “sobre” (la preposición que significa “por encima de”, no ese papel que se usa para enviar cartas), justo lo contrario de “sub”. En resumen, el surrealismo es algo que está por encima de la realidad, que va más allá de ésta y no algo que está por debajo de lo real ¿Te da cuén?
Ha sido un placer deleitaros con mi pedante erudición.
"A ver, ¿quién se curra unas reglas para un war-game que utilice como tropas los dragones, los dedales del mundo y la colección de rosarios?"
Recojo el guante. Las reglas del juego de miniaturas definitivo AQUÍ:
http://poderfriki.blogspot.com/2009/01/colecciones-de-guerra.html
Incluyendo los abanicos, claro está... ¡¡Espero que te guste!!
¡Enhorabuena Meteorismo! Eres el único que se ha dado cuenta del gazapo intencionado del artículo. Sigue así de atento.
Kike: Jajaja dice que ya lo vio y que faltan los rosarios.
Ya he incluído los Rosarios. Quería esperarme a una expansión, pero supongo que asi el juego es más completito y ultraviolento.
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