- Hola, hola. Soy Alex de la Iglesia.
- Hola, hola. Soy un “productó”.
- Buenos días, señor “productó”, tengo aquí un guión “mu’ bonico” para una serie…
- Déjate de series, chaval. El público lo que quiere son “pilículas”, así que trae “p’acá” ese guión y “vamo a’cé” una “pilícula” con él.
- Pero… pero… pero, ¿cómo “vamo a’cé” eso, señor “productó”, si una serie es mucho más larga que una “pilícula”?
- “Fásil”. “Cortamo” una escena aquí, otra aquí, quitamos esas tres páginas que se me cayeron al suelo y no me apetece recoger…
- Pero… pero… pero, ¿qué pasa entonces con la continuidad del guión, con las relaciones entre los personajes…?
Pues un desastre, que va a pasar. Que “Los crímenes de Oxford” parecen en muchos momentos una colección de escenas sueltas montadas a toda prisa. Esa sensación de continuidad que tienes en las buenas películas (y en algunas malas también) en la que el guión te conduce suavemente por la trama no la tienes en “Los crímenes de Oxford”. Hubo momentos en los que me parecía que me había despistado y me había perdido alguna escena. En cuanto a las relaciones entre los personajes, las apresuran tanto que las han dejado a un nivel de peli porno:
- Hola, soy Frodo.
- Hola, Frodo. ¡Que ojos más grandes tienes!
- Son “pa’” ver mejor tus tetorras.
- Que cosas más “bonicas” me dices, Frodo. “Vamo a follá”.
(Zaca, zaca, zaca)
- Esto lo harás también con los matemáticos viejunos con la cara como un mapa, ¿eh, guarra?
- Síiiii, Frodo, sigue llamándome guarra, que me “escita”.
La verdad es que hay escenas y personajes, como el del amigo enfermo del profesor o el compañero de despacho del protagonista, en el más puro estilo Alex de la Iglesia, que están bastante bien. El problema que tienen estas escenas, estos personajes, es que aportan poco o nada a la trama.
Luego está la parte cultureta del “flim”. Otro patinazo: Escribir un guión (o un libro, la película al parecer adapta un libro) con múltiples referencias a un filósofo tan complejo como Wittgenstein y en el que los protagonistas son matemáticos no está al alcance de cualquiera. Desde luego no al alcance del que escribiera los diálogos entre los matemáticos, que se lanzan mutuamente teoremas sacados del temario de 3º de E.S.O. (ni siquiera de 1º de B.U.P.) como si fueran los papeles perdidos de Turing. Sobre la parte filosófica me considero incapaz de escribir, espero que Dorami haga algún comentario para ilustrarnos sobre el tema.
Con estos mimbres, muy buenos tendrían que ser los actores para arreglar el desaguisado. No es el caso: el ojiplático Frodo Bolsón se pasa toda la película con cara de asombro, o de susto, o de tonto (a elegir, porque las tres son exactamente iguales). John Hurt (que estropeadito está este hombre) oscila entre la expresión de “yo lo sé todo gracias a mi dominio de la psicohistoria, joven padawan” y la de idiota, a juego con su compañero de reparto. Al menos los que pertenecemos al sector masculino del público podemos disfrutar con la anatomía de la señorita Watling. El sector femenino, en cambio, lo tiene crudo: Frodo es un “mostruito”, con unos ojos del tamaño de platos de postre, que le tapan toda la cara, bigotillo de imberbe y barriguita de rorro.
En fin, una lástima, porque la idea del argumento es buena y el final es interesante, algo poco común en los tiempos que corren. Y la ambientación, por otra parte, es excelente.
- Jodé, tío. Podría haber sido mi mejor obra y se va a quedar en una película mediocre. Probablemente sea la peor que he hecho (sin contar “Muertos de risa”, claro).
Tienes más razón que un santo, Alex.
- Hola, hola. Soy un “productó”.
- Buenos días, señor “productó”, tengo aquí un guión “mu’ bonico” para una serie…
- Déjate de series, chaval. El público lo que quiere son “pilículas”, así que trae “p’acá” ese guión y “vamo a’cé” una “pilícula” con él.
- Pero… pero… pero, ¿cómo “vamo a’cé” eso, señor “productó”, si una serie es mucho más larga que una “pilícula”?
- “Fásil”. “Cortamo” una escena aquí, otra aquí, quitamos esas tres páginas que se me cayeron al suelo y no me apetece recoger…
- Pero… pero… pero, ¿qué pasa entonces con la continuidad del guión, con las relaciones entre los personajes…?
Pues un desastre, que va a pasar. Que “Los crímenes de Oxford” parecen en muchos momentos una colección de escenas sueltas montadas a toda prisa. Esa sensación de continuidad que tienes en las buenas películas (y en algunas malas también) en la que el guión te conduce suavemente por la trama no la tienes en “Los crímenes de Oxford”. Hubo momentos en los que me parecía que me había despistado y me había perdido alguna escena. En cuanto a las relaciones entre los personajes, las apresuran tanto que las han dejado a un nivel de peli porno:
- Hola, soy Frodo.
- Hola, Frodo. ¡Que ojos más grandes tienes!
- Son “pa’” ver mejor tus tetorras.
- Que cosas más “bonicas” me dices, Frodo. “Vamo a follá”.
(Zaca, zaca, zaca)
- Esto lo harás también con los matemáticos viejunos con la cara como un mapa, ¿eh, guarra?
- Síiiii, Frodo, sigue llamándome guarra, que me “escita”.
La verdad es que hay escenas y personajes, como el del amigo enfermo del profesor o el compañero de despacho del protagonista, en el más puro estilo Alex de la Iglesia, que están bastante bien. El problema que tienen estas escenas, estos personajes, es que aportan poco o nada a la trama.
Luego está la parte cultureta del “flim”. Otro patinazo: Escribir un guión (o un libro, la película al parecer adapta un libro) con múltiples referencias a un filósofo tan complejo como Wittgenstein y en el que los protagonistas son matemáticos no está al alcance de cualquiera. Desde luego no al alcance del que escribiera los diálogos entre los matemáticos, que se lanzan mutuamente teoremas sacados del temario de 3º de E.S.O. (ni siquiera de 1º de B.U.P.) como si fueran los papeles perdidos de Turing. Sobre la parte filosófica me considero incapaz de escribir, espero que Dorami haga algún comentario para ilustrarnos sobre el tema.
Con estos mimbres, muy buenos tendrían que ser los actores para arreglar el desaguisado. No es el caso: el ojiplático Frodo Bolsón se pasa toda la película con cara de asombro, o de susto, o de tonto (a elegir, porque las tres son exactamente iguales). John Hurt (que estropeadito está este hombre) oscila entre la expresión de “yo lo sé todo gracias a mi dominio de la psicohistoria, joven padawan” y la de idiota, a juego con su compañero de reparto. Al menos los que pertenecemos al sector masculino del público podemos disfrutar con la anatomía de la señorita Watling. El sector femenino, en cambio, lo tiene crudo: Frodo es un “mostruito”, con unos ojos del tamaño de platos de postre, que le tapan toda la cara, bigotillo de imberbe y barriguita de rorro.
En fin, una lástima, porque la idea del argumento es buena y el final es interesante, algo poco común en los tiempos que corren. Y la ambientación, por otra parte, es excelente.
- Jodé, tío. Podría haber sido mi mejor obra y se va a quedar en una película mediocre. Probablemente sea la peor que he hecho (sin contar “Muertos de risa”, claro).
Tienes más razón que un santo, Alex.
12 comentarios:
¡Pero a quién se le ocurre ir a ver esa “pinícula” teniendo a Rambo de estreno!
Te está bien empleado por hacer “esperimentos” en lugar de ir a lo que siempre gusta, que son los tiros y las bofetadas (el “seso” también tiene tirón, pero en Rambo no suele haber de eso).
Siento disentir contigo, Meteorismo, pero Rambo no me va lo más mínimo. No me confundas con uno de esos "pacifistas blandengues" que le tienen pavor a la sangre y los tiros. Acorralado, la primera película con John Rambo, me gustó bastante (y me sigue gustando, a pesar de que Silvestre es un actor lamentable la película es muy entretenida). En cambio cuando vi la de Rambo (la de Vietnam) por la tele me aburrí un "güevo". No es que la película sea mala (que lo es) pero al menos esperaba que fuera entretenida. Error: Lo único que me impidió dormirme fue el ruido de los tiros y las explosiones. Tan grande fue mi aburrimiento que me he negado a ver las dos películas siguientes.
Estoy de acuerdo en el comentario que Jajaja hace de la película. Lo mejor para mí: Oxford. Los crímenes: entretenidos y poco más. Respecto al contenido filosófico-matemático, creo que comete alguna incoherencia. Toma como punto de referencia fundamental al Wittgenstein del Tractatus (lo que se conoce como "el primer Wittgenstein"), pero el desarrollo posterior de la historia se basa en el Wittgenstein de la Investigaciones (lo que se conoce como "el segundo Wittgenstein"). Aunque parezca un lío, la diferencia entre ambas obras es determinante para entender la Filosofía Contemporánea. El Wittgenstein del Tractatus es más radical en sus posiciones y en su crítica a la metafísica desde un enfoque positivista como criterio de cientificidad. Por su parte, el Wittgenstein de las Investigaciones ha "relativizado" sus posiciones iniciales y ha asumido el giro pragmático de la filosofía: es fundamental la interpretación, el discurso, el acuerdo entre los interlocutores. Esto es: no hay una normatividad intrínseca en las reglas, no hay una única forma de seguir una serie matemática...
No me apetecía mucho verla, pero ahora, sí que no.
Mu suelta te he visto, Dorami, que se nos note de quién hemos sido becarias (uy, creo que los comentaristas de tu blog pueden hacer cienes de chistes fáciles con esta idea...). Pero yo pregunto, ¿de verdad hay tanto Wittgenstein en la peli? (pregunto en serio, que no la he visto). Creo haber leído algo de que a Álex de la Iglesia (por cierto, licenciado en filosofía según tengo entendido) le interesaba la historia de la juventud de Wittgenstein, y su estancia en el mismo colegio que Hitler, y que decía algo de hacer sobre eso una peli. Miedo me da (a mí es que este tío me parece que está un poquito sobrevalorado...)
Gracias Dorami por tu breve pero “instructiva” explicación que nos muestra el batiburrillo filosófico en el que se mueve el “flim”.
Hola Arwen, me alegra verte por aquí. Espero que vuelvas y encuentres películas que recomendamos ver, en lugar de con lo que os estáis encontrando últimamente (para nuestra desgracia).
Pues no, Marramiau, tampoco hay tanto Wittgenstein. Yo, que soy absolutamente “inorante” sobre la vida y obra de este señor, pude seguir la película perfectamente.
No sé si iré a ver esa peli; pero John Rambo desde luego que no..Aunque estoy de acuerdo con mi estimado Jajaja, la primera de Rambo me parece una peli mu güena con ese pedazo(y nunca mejor dicho..) de actor llamado Brian Dennehy(el sheriff gordo, de nada..)
¡Más "seso" y menos guerra!
Pa matarlos a todos, vamos. Pues yo consideré la posibilidad de ir a verla, pero leído lo leído, va a ser que no. Definitivamente.
Me he reído muchísimo con el encuentro "sesuá" entre Frodo y la Watling. Buenísimo.
Y coincido con Meteorismo: Rambo siempre es un valor seguro. Por lo menos ya sabes lo que te vas a encontrar. Da lo que promete, que ya es bastante, para los días que corren.
Besitos a los dos.
Gracias Antares por ilustrarnos sobre el sheriff gordo de Acorralado, ese gran secundario que es el Sr. Dennehy, que ha elevado el ser un sheriff corrupto a la categoría de arte en numerosas ocasiones.
Coincido contigo en que Rambo da lo que promete, Suntzu. En ese sentido hay que alabarle su coherencia y advertirle que nunca podrá hacer carrera en la política como su amigo/rival "Chuache". El único problema es que lo que promete no me interesa lo más mínimo.
Las escenas de sexo de Frodo con la Watling son de auténtica grima: él parece un menor de edad con ese cuerpito y esa cara, y ella con esas supertetas que le han crecido parece que le va a dar de mamar, ay que repelús!.
A mí también me pareció que esa chica estaba en esta película... ¿cómo lo diría...? Más exhuberante de lo que acostumbraba.
¿Podemos confirmar, Peritoni, que ha habido visita al quirófano de por medio?
Publicar un comentario