domingo, 6 de abril de 2008

Marramiau y el sexo

En breves momentos, en “Aquí hay gato encerrado”: Marramiau y el sexo.



El último fin de semana de marzo Marramiau, una de las colaboradoras habituales de este blog, fue sorprendida por reporteros de “Aquí hay gato encerrado” en El Burgo de Osma, donde acudió con su pareja para participar en las Jornadas Rito-gastronómicas de la Matanza.

La pareja llegó a la localidad soriana el viernes por la tarde y se alojaron en el hostal San Roque, en pleno centro. Después de dejar el equipaje en su habitación, una cuádruple que les fue ofrecida como cortesía del establecimiento, salieron para disfrutar de un romántico paseo bajo la luz de la luna. Las muestras de cariño que se prodigaron en todo momento permiten poner en duda los rumores sobre una crisis en su relación que les han acompañado en las últimas semanas.

A la mañana siguiente, tras visitar la catedral del Burgo, se encontraron con Dorami y Jajaja. Marramiau declinó hacer cualquier comentario sobre su posible relación con José Luis Rodríguez Zapatero. Recordemos que estos rumores surgieron debido a que el presidente del gobierno creció en León, lugar de residencia de Marramiau, y pasaba las vacaciones en su infancia en Gijón, ciudad en la que ella nació y donde vive su familia. ¿Estaremos ante el inicio de una crisis política al más alto nivel? ¿Será Marramiau la Carla Bruni española?

Tras un aperitivo a base de vino y torreznos en el Círculo Católico, las dos parejas se dirigieron a los salones del Virrey, donde tenían lugar las Jornadas. Allí los cuatro dieron buena cuenta del pantagruélico menú de dieciséis platos más entonantes y postres, todo ello regado con un excelente vino de la Ribera del Duero que corrió como si fuera agua. Al salir de la comida Marramiau insistió en subir a su habitación. ¡Uy, uy, uy, uy! ¿Será que el vino la ha puesto tontorrona? Marramiau y su Chi-co se separan de Dorami y Jajaja. ¿Esperará ella algo más de su pareja aparte de que le sostenga la puerta para pasar? Los dos se dirigen hacia su habitación, la suite 102, a través de un pasillo que recuerda por sus elegantes colores y adornos un burdel del oeste. ¿Qué encontraremos tras la puerta cerrada de su habitación? Muy pronto, después de la publicidad, en “Aquí hay gato encerrado”.



Marramiau y su Chi-co avanzan por el pasillo llave en mano hacia su habitación. Ella introduce la llave en la cerradura, abre y entra. Cuál no sería su sorpresa al encontrarse dentro de ella dos parejas de cincuentones que, en camas adyacentes, se encuentran “jugando a los caballitos”. ¡Que fuerte!

Marramiau farfulla una disculpa y sale rápidamente de la habitación. Mira su llave: Efectivamente, es la llave de la 102, la habitación en la que acababa de entrar. La confusión se resuelve en la recepción: Al parecer los empleados del hostal habían entendido que la pareja solo permanecería allí la noche del viernes, por lo que al limpiar la habitación recogieron el equipaje que tenían abierto sobre la cama, el libro de la mesilla, los neceseres del baño y la plancha del pelo y lo metieron en otra habitación cuádruple vacía.

En cuanto a las dos parejas que ocupaban la 102, cuando durante la noche del sábado se cruzaron por la calle con Marramiau, su Chi-co, Dorami, y Jajaja, cambiaron rápidamente de acera. ¿A qué viene este repentino ataque de vergüenza? Si ya hemos visto más de lo que hubiésemos querido ver. ¡Uy, uy, uy, uy!, ¿no se deberá su comportamiento a que, en vez de yacer cada oveja con su pareja, este cuarteto de cincuentones pone un poco de picante a su vida sexual a base de compartir como buenos hermanos? Y es que, la primavera la sangre altera.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no quiero hacer declaraciones, pero como sé que sólo estáis haciendo vuestro trabajo y hay que ser educada, además de enseñar "dientes, dientes" (lástima de cámara gües), sólo os digo que ni desmiento ni afirmo lo de Zapatero, que no es cierto que una comida de 16 platos a base de cerdo despierte mis más bajos instintos (de hecho, creo que ni los tengo) y que yo no sabía que una habitación de cuatro camas puede dar tanto juego. Ah, y se os ha olvidado un detalle: cuando entramos en la habitación 102 yo llevaba la cámara de fotos en la mano. Uy uy uy uy...

Meteorismo galáctico dijo...

¡Marramiau! ¡Los lectores de este blog "esigimos" que permitas a Jajaja y Dorami la exhibición de esas fotos!

Queremos más detalles. ¿Eran parejas mixtas (hombre-mujer)? ¿Había algo que indicase la intención de jugar al "trenecito" o de ir intercambiando parejas? ¿Demandaron al hotel las parejas pilladas in fraganti?

¡Qué gran exclusiva! Seguid por este camino y este blog se convertirá en referencia para el programa de Ana Rosa y para Está Pasando.

Jajaja dijo...

No sé, Meteorismo. Me parece que, dada la cantidad de comentarios que estamos recibiendo, Marramiau ha resultado un personaje muy poco mediático. Mucho me temo que si no nos cancelan “Aquí hay gato encerrado” por falta de audiencia, la “prósima” vez, en lugar de realizar reportajes realistas y bien trabajados, nos inventaremos algún chisme sobre Paquirrín… perdón, Kiko.

No te tomes a mal lo de tu falta de popularidad mediática, Marramiau. Parafraseando a Groucho Marx: “Jamás aceptaría pertenecer a un club que admitiera como miembro a alguien como Pipi o Belén Esteban”.

Anónimo dijo...

En fín, Pilarín, que tendré que seguir dedicándome a lo mío, y dejar el mundillo de los paparazzi. No quisiera yo arruinaros el blog... En cualquier caso, por si a alguien le interesa, que sepáis que eran dos parejas mixtas, una de cincuentones y otra de veinteañeros (en contra de lo que decía la información original). uy uy uy uy...



Vale, ya me callo. Miau.

Anónimo dijo...

¿Era el trenecito o era el teto?..
Ay, lo que daríamos los fans de este blog por visionar un archivo audiovisual del momento..