Cada vez veo menos la televisión. Los telediarios a la hora de las comidas, Saber y ganar, Los Simpson si llego temprano a comer, quizá algún partido si juega el Atleti o la selección y algunas veces una película en Televisión Española si tiene buena pinta. Y la verdad es que no lo echo demasiado de menos. La programación actual está en buena parte formada por telefilmes infumables, series clónicas, programas sobre la vida de gente famosa por el único hecho de salir en la tele y otros sobre gente que no es famosa pero quiere serlo a golpe de grito y mala educación.
Podríais decirme: “Si no te gusta la tele, tiene un botón que sirve para apagarla”. Pues sí, es verdad. La mía lo tiene. La de mis padres, que se han comprado hará cosa de un año, no. ¿Y la vuestra? Si no lo tiene no os preocupéis, no es que le haya caído, es que, como la mayor parte de los aparatos que hay actualmente en el mercado, carece de interruptor, así que para desconectarlos completamente la única opción que nos queda es desenchufarlos. Algo que parece fácil pero que no lo es en muchas casas, donde los enchufes de televisión, DVD, cadena de música, etc. están estratégicamente disimulados tras el voluminoso mueble del salón.
Así que ahí tenemos nuestros aparatos durante todo el tiempo que no los utilizamos: no están encendidos… pero tampoco apagados. Permanecen consumiendo electricidad; menos que cuando están funcionando, cierto, pero, ya que normalmente están inactivos bastante más tiempo que en funcionamiento, se calcula que gastan en ese estado en torno al 10% de la electricidad que consumen nuestros hogares.
Tenemos unos verdaderos vampiros energéticos en el salón de nuestra casa y a nadie parece que le importe. El ministro Sebastián nos regala bombillas de bajo consumo, se ofrecen subvenciones por cambiar nuestros electrodomésticos por otros más eficientes energéticamente… y, mientras tanto, en Europa, los aparatos de televisión, DVD, cadenas de música y demás cacharros colocados en “stand by” desperdician más electricidad de la que se está consumiendo en esos momentos en toda Centroamérica. ¿Por qué no se hacen campañas para concienciar a la población de todo el dinero que están tirando a la basura? ¿Por qué no se prohíbe en la Unión Europea la venta de aparatos que carezcan de interruptor?
Desde Gatos en Carnaval emplazo al presidente Zapatero, que sé de buena tinta que nos sigue fielmente, a que, aprovechando la presidencia de turno de la Unión, impulse una iniciativa para devolver los interruptores a las televisiones de los europeos.
¡Guerra al derroche!
¡Muerte a los vampiros energéticos!
¡Viva Van Helsing! (el de personaje de Drácula, no la película, que es un truño).

Así que ahí tenemos nuestros aparatos durante todo el tiempo que no los utilizamos: no están encendidos… pero tampoco apagados. Permanecen consumiendo electricidad; menos que cuando están funcionando, cierto, pero, ya que normalmente están inactivos bastante más tiempo que en funcionamiento, se calcula que gastan en ese estado en torno al 10% de la electricidad que consumen nuestros hogares.

Desde Gatos en Carnaval emplazo al presidente Zapatero, que sé de buena tinta que nos sigue fielmente, a que, aprovechando la presidencia de turno de la Unión, impulse una iniciativa para devolver los interruptores a las televisiones de los europeos.
¡Guerra al derroche!
¡Muerte a los vampiros energéticos!
¡Viva Van Helsing! (el de personaje de Drácula, no la película, que es un truño).