miércoles, 15 de julio de 2009

Ávila Medieval

“¿Ande andáis?”, preguntaba Suntzu en los comentarios del último artículo. Pues yo ya estoy de vuelta, tras cinco días en los cursos de verano de la UNED y un fin de semana de romería en Asturias. Dorami se ha quedado en su tierra, donde, como siempre, siguen pasando cosas de lo más chocante, esta vez involucrando camiones de mudanzas, enanos y violencia. Pero, como decía Michael Ende, esa es otra historia y será contada en otra ocasión (esperemos). Por de pronto hoy nos vamos a centrar en Ávila y sus cursos.

Nos alojamos en el Hostal El Rincón, dentro de la muralla, al lado de la Plaza del Mercado Chico y muy cerca de la Puerta del Mariscal. En pleno centro, vamos, y con una situación bastante buena a la hora de ir al lugar de celebración de los cursos, la Universidad Católica de Ávila. La habitación doble nos salió por 45 euros y estaba bastante bien: limpia, renovada hace poco y de un tamaño aceptable. El problema (siempre hay un problema, que sería de este blog sin nuestros problemas) era el bombín de la cerradura de la puerta de la calle, que no iba demasiado fino. El método para abrir la puerta y no pasar la noche al raso era que yo tirara y empujara rápidamente de la puerta mientras Dorami trasteaba con la llave en la cerradura. La puerta de nuestra habitación tampoco funcionaba bien, aunque en ese caso el peligro era menor: de congelación, se entiende, porque maldita la gracia que nos hubiese hecho dormir tirados en un pasillo.

Bastante cerca del hostal, en la calle de los Comuneros de Castilla encontramos un restaurante, llamado Tres Siglos, donde se comía bastante decentemente de menú: no estamos para dispendios. Como por la noche parece que apetece algo en plan de picoteo, os recomendaré otro sitio, el Restaurante Puerta del Alcazar, que, a pesar de su nombre, está frente a la Puerta de las Carnicerías. Muy ricas las tostas, las papas revolcones (plato típico abulense) y los canutillos de cecina rellenos de foie. También son muy recomendables los helados artesanos. Para tomar una copa nos recomendaron un par de garitos en la Avenida de Portugal: el Delicatessen y el España y Olé. Al primero no fuimos, aunque no tenía mala pinta desde fuera; estuvimos en el España y Olé, un lugar que os encantará si sois aficionados a la decoración taurina y las banderas rojigualdas; a Dorami y a mí nos hizo mucha gracia (tenemos cierta vena de amantes de lo “kitsch”) y nos quedamos allí.

La parte monumental del viaje fue bastante reducida, debido a que estábamos en los cursos a las horas de visita de los monumentos. De todas formas sacamos un rato para ver la Catedral, de estilo gótico inicial. Su exterior engaña, la visita es imprescindible.

En cuanto a los cursos, dejaré que Dorami os hable del suyo, si le apetece. Yo me voy a referir solo al mío, “Imágenes de la Edad Media”, en principio centrado en los tópicos que hay sobre ciertos aspectos de la Edad Media y la interpretación de la investigación histórica sobre ellos. Aquí están algunas cosas que me llamaron la atención:

Mujeres: Frente a las palabras de Santo Tomás, que toma de Aristóteles la idea de que la mujer es un hombre imperfecto, o a la imagen de la mujer medieval que esperaba bordando a que llegara un trovador que le aliviara un poco el tedio, aunque solo fuese con una romanza, tenemos a mujeres como Leonor de Aquitania y María de Molina que jugaron un papel de primer orden en la política de la época. Tampoco podemos olvidar a las mujeres del pueblo llano que trabajaban en los campos, en los talleres, en los mercados, porque así lo exigía la alimentación de sus familias.

Caballeros andantes: Los caballeros andantes sí que existieron. Sobre todo en la Baja Edad Media había cientos de caballeros pululando por Europa socorriendo a viudas y doncellas, defendiendo la fe, tomando parte en justas y torneos y saciando su apetito en pantagruélicos banquetes. Uno de ellos fue Suero de Quiñones, caballero castellano que, a causa de su amor no correspondido por una dama, se colocaba todos los jueves una argolla en torno al cuello. Para liberarse de ella pidió permiso al rey Juan II para organizar un paso honroso. Un paso honroso consistía en un grupo de caballeros que se comprometían a defender un paso obligado de un camino contra todo caballero que quisiese pasar por él. La existencia del paso honroso se publicaba por toda la Europa cristiana y a él acudían decenas de caballeros deseosos de probar su valor y su destreza con las armas.

La guerra: La guerra en la Edad Media era más compleja de lo que solemos pensar, pero se llevaba a cabo de forma diferente a épocas anteriores y posteriores, adaptándose a las limitaciones, fundamentalmente organizativas, que padecían los ejércitos medievales. La forma más habitual de hacer la guerra era mediante expediciones de saqueo, algo poco espectacular pero con menores riesgos que las batallas campales, más beneficios económicos y de gran efectividad a largo plazo. Si se quería conquistar territorio había que pasar al asedio de plazas fuertes: una fortificación era casi imposible de tomar por asalto, la mayor parte de las tomas de plazas se producían porque se rendían por hambre, gracias a traidores o porque la voluntad de resistencia de los defensores estaba muy quebrantada tras largos años de saqueo de sus tierras (como sucedió en Toledo). Las famosas batallas campales, que aparecen en toda película medieval que se precie, eran muy escasas y se evitaban casi siempre que se podía, ya que representaban un gasto de recursos considerables y en muchas ocasiones no servían para nada. Una excepción a esta regla sería las Navas de Tolosa, donde Alfonso VIII sí buscó la confrontación con el ejército almohade.

Medicina: La medicina islámica tiene fama de ser la más avanzada de la época, y de hecho lo era. Lo que es menos conocido es que se basaba fundamentalmente en las medicinas griega y romana. De hecho los cristianos occidentales conocen estas medicinas a través de los musulmanes. Lo que sí parece que es una exageración es la maestría a la hora de practicar la cirugía que se atribuye a los médicos musulmanes. Todos los tratados médicos musulmanes reservaban un capítulo a la cirugía, pero se cree que esto tiene más de tradicional (ya que estaba en las fuentes grecolatinas, como sucedía con la rabia) que de verdadera práctica habitual. De hecho, en uno de los dos tratados íntegros de cirugía que se conocen, después de detallar cada una de las intervenciones que relaciona, el autor dice que él no la ha realizado nunca, ni conoce a nadie que la haya hecho y que ni siquiera ha oído que se llevase a cabo en ninguna parte.

La Alhambra: El estudio de la Alhambra tiene que tener en cuenta que fue modificada tras su conquista por los Reyes Católicos y también su propia evolución en el tiempo. Lugares concebidos como habitaciones familiares por un emir pueden convertirse, con la edificación de otras estancias por parte de un sucesor, en dependencias para el servicio. Una de las teorías más curiosas que nos contaron fue la de que el famoso Patio de los Leones era en su origen una tumba, teoría que su ponente defiende con planos de buen número de edificaciones norteafricanas cuya función es esa y que presentan una estructura muy similar al citado patio y sus edificaciones aledañas.

Ya es bastante por hoy, que os vais a dormir con tanta brasa. Antes de despedirnos solo quería añadir que no creáis que esto de los cursos de verano es todo estudio y nada de diversión. Conocimos a gente muy maja, como Joana, Neva y Silver, con los que nos reímos mucho y lo pasamos muy bien. También nos reencontramos con Sonia, una amiga de Marramiau a la que conocimos en Albarracín, y Sergio, su churri. Besos y abrazos desde Gatos en Carnaval a todos ellos.

7 comentarios:

Jajaja dijo...

Pues supongo que los habría más listos y menos listos, como los cristianos. El progreso científico y tecnológico no solo depende de la "listeza" sino también de los recursos empleados y del "estado del arte" en ese momento. Como dijo sir Isaac Newton en un momento de modestia impropio de él: "He podido ver más lejos porque estoy subido a hombros de gigantes".

Uno musulmán muy listo fue un médico del que nos habló la profesora en el curso. Tenía que extirparle a un paciente una almorrana especialmente hermosota (este tipo de cirujía sí que lo hacían), así que dijo que además de cortar había que cauterizar. El pobre enfermo puso el grito en el cielo: dijo que lo de cortar pase, pero que a él no le metía un hierro candente por el culo ni Alá. El médico, ni corto ni perezoso, colocó las tijeras al fuego sin que se diera cuenta el paciente y así hizo las dos cosas al tiempo: cortar y cauterizar. Claro que los gritos del otro debieron oírse desde Córdoba a Bagdad, por lo menos.

Anónimo dijo...

Impresionante "pos", como siempre, deleitándonos con aspectos culturales e históricos de los sitios que visitáis.
De Ávila las yemas y de la estepa, los polvorones..(juas, juas, que chispa..)

Peritoni dijo...

La semana que viene lo mismo visitamos Ávila, que es una de las cosas que nos quedan por conocer y están cerca de Madrid. Usaremos tu guía.

Jajaja dijo...

Antares,

En Ávila, yo soy más bien del chuletón. Y en Rusia, de la montaña rusa.

Peritoni,

Buen viaje. Ya nos conteréis.

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

No he estado nunca en Avila, pero por lo que cuentas merece ser visitada. Un abraz.

Jajaja dijo...

Fernando,

Pues lo tuyo no tiene perdón de Dios. Madrid está a poco más de una hora. Así que hala, hala, ya estás tardando.

Suntzu dijo...

La mar de instructiva la entrada. Me ha gustado lo de Suero de Quiñones. El curso tuvo que ser fantástico. ¡Qué envidia!

Lo de la almorrana me ha cortado el cuerpo. ¡Pobrecito!