Una cárcel. Un joven funcionario de prisiones, que acaba de aprobar su oposición y se presenta el día antes de su ingreso para tomar contacto con su nuevo puesto. Un desafortunado accidente que impulsa a sus compañeros a tender al nuevo en el catre de una celda cercana y vacía. Un motín.
Sobre este planteamiento Daniel Monzón ha construido un apasionante thriller carcelario que atrapa tu atención desde el primer momento y te mantiene en tensión durante toda su proyección. Todo ello conseguido con un gran guión basado en la novela Celda 211, del sevillano Francisco Pérez Gandul.
Aunque no me cansaré nunca de insistir en que un buen guión es la única base posible para una buena película, Celda 211 no se queda ahí. Unas esplendidas interpretaciones hacen que durante toda la película no veamos actores recitando un papel, sino presos, guardianes, familiares… Gran actuación de Alberto Ammann, como Juan, el novato obligado a hacerse pasar por uno de los internos para seguir vivo. Muy bien los funcionarios y los presos, llamando especialmente la atención Luis Zahera: ¿estáis seguros de que ese tío no es un preso de verdad? Pero la estrella de la película es claramente un enorme Luis Tosar, que se ha visto agraciado con la posibilidad de interpretar uno de esos papeles por los que cualquier actor mataría: el de Malamadre, el líder de los presos; un asesino despiadado, un hombre sin nada que perder, un tipo frío y astuto, pero al mismo tiempo capaz de despertar nuestra simpatía sin recurrir al fácil recurso de presentárnoslo como una víctima de la Sociedad.
Daniel Monzón no desaprovecha tan buenos mimbres: tiene un buen guión, tiene buenos actores y ha construido una excelente película, una de las mejores, si no la mejor que he visto este año.
Eso sí, cuando salimos de la sala, Dorami dijo: “Es muy buena, pero no vuelvo a una película como esta. He sufrido un montón”. Puede que se trate de una película dura, de una película sin concesiones, “de mucho sufrir”, pero hay veces que el sufrimiento merece la pena. Esta es una de ellas.
Aquí os dejo la página web de la película y el trailer, para ir abriendo boca:
Sobre este planteamiento Daniel Monzón ha construido un apasionante thriller carcelario que atrapa tu atención desde el primer momento y te mantiene en tensión durante toda su proyección. Todo ello conseguido con un gran guión basado en la novela Celda 211, del sevillano Francisco Pérez Gandul.

Daniel Monzón no desaprovecha tan buenos mimbres: tiene un buen guión, tiene buenos actores y ha construido una excelente película, una de las mejores, si no la mejor que he visto este año.
Eso sí, cuando salimos de la sala, Dorami dijo: “Es muy buena, pero no vuelvo a una película como esta. He sufrido un montón”. Puede que se trate de una película dura, de una película sin concesiones, “de mucho sufrir”, pero hay veces que el sufrimiento merece la pena. Esta es una de ellas.
Aquí os dejo la página web de la película y el trailer, para ir abriendo boca: