Hace un par de fines de semana mi chati y yo nos fuimos al Balneario de Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real). Fue mi regalo de cumpleaños y fue un acierto. Llegamos el sábado sobre las 12. Y tras registrarnos en la recepción, nos fuimos al pueblo más cercano (a unos 5 kilómetros más o menos): Santa Cruz de Mudela, donde Jajaja se compró un bañador en la única tienda de deportes del pueblo y nos tomamos un aperitivo con vino de la zona.
De regreso, comimos en el restaurante del hotel, que, por cierto, está muy bien. Tienen un menú que, sin ser muy variado, sí tiene un nivel de calidad muy aceptable. Y tras la siesta, vino lo mejor: “el circuito relax”. Durante una hora, estás en la piscina y vas probando los diferentes “chorros”. Como no meten a demasiada gente en cada turno, no suele haber problemas para ir pasando por todas las “variedades de chorro”. Y tras el bañito, vino el masaje: media hora de “frotaciones” con diferentes esencias por todo el cuerpo. Por cierto, a la mañana siguiente volvimos a repetir en la piscina.
Y limpios, relajados y arrugaditos, a media mañana dejamos el hotel para irnos dirección a otro pueblo del que nos había dado muy buenas referencias: Viso del Marqués. Esta pequeña población, situada también en Ciudad Real, respondió a nuestras expectativas. Especialmente, su magnífico palacio renacentista, perteneciente a los Marqueses de Santa Cruz, aunque desde hace algunos años se alquila a la Marina Española por un billete antiguo de una peseta al año. Se puede visitar a ciertas horas con guía y totalmente gratis.
Entre chorros y palacios, llegó el momento de llenar la alforja. Para tal menester, nos dirigimos a Valdepeñas. Por cierto, por las poquitas veces que he estado en esta población deduzco que los lugareños se pasan el día en la calle catando, como no podía ser de otra manera, sus exquisitos caldos. Nos hubiera encantado hacer lo propio, pero había que conducir de vuelta a casa. Bueno, para hacer honor a la verdad, he de decir, que nos pedimos una botella de medio litro para comer. Escogimos totalmente al azar un restaurante: La Venta del Comendador. ¡Y qué buena jugada del destino! La relación calidad precio nos dejó muy satisfechos.
Ya de vuelta a casa, de copilota y compartiendo mis reflexiones con Dionisio, llegué a la conclusión de que yo tenía que haber sido rica.
De regreso, comimos en el restaurante del hotel, que, por cierto, está muy bien. Tienen un menú que, sin ser muy variado, sí tiene un nivel de calidad muy aceptable. Y tras la siesta, vino lo mejor: “el circuito relax”. Durante una hora, estás en la piscina y vas probando los diferentes “chorros”. Como no meten a demasiada gente en cada turno, no suele haber problemas para ir pasando por todas las “variedades de chorro”. Y tras el bañito, vino el masaje: media hora de “frotaciones” con diferentes esencias por todo el cuerpo. Por cierto, a la mañana siguiente volvimos a repetir en la piscina.
Y limpios, relajados y arrugaditos, a media mañana dejamos el hotel para irnos dirección a otro pueblo del que nos había dado muy buenas referencias: Viso del Marqués. Esta pequeña población, situada también en Ciudad Real, respondió a nuestras expectativas. Especialmente, su magnífico palacio renacentista, perteneciente a los Marqueses de Santa Cruz, aunque desde hace algunos años se alquila a la Marina Española por un billete antiguo de una peseta al año. Se puede visitar a ciertas horas con guía y totalmente gratis.
Entre chorros y palacios, llegó el momento de llenar la alforja. Para tal menester, nos dirigimos a Valdepeñas. Por cierto, por las poquitas veces que he estado en esta población deduzco que los lugareños se pasan el día en la calle catando, como no podía ser de otra manera, sus exquisitos caldos. Nos hubiera encantado hacer lo propio, pero había que conducir de vuelta a casa. Bueno, para hacer honor a la verdad, he de decir, que nos pedimos una botella de medio litro para comer. Escogimos totalmente al azar un restaurante: La Venta del Comendador. ¡Y qué buena jugada del destino! La relación calidad precio nos dejó muy satisfechos.
Ya de vuelta a casa, de copilota y compartiendo mis reflexiones con Dionisio, llegué a la conclusión de que yo tenía que haber sido rica.
7 comentarios:
Dorami, “esijo” que pongas una foto de Jajaja con el bañador que adquiristeis en la tienda de deportes del pueblo. Seguro que era una braga náutica de marca “Turbo” de las que hicieron furor a finales de los setenta. Con ese atuendo se puede gozar mucho mejor de los chorros acuáticos y de los masajes relajantes.
Meteorismo, me encantaría mostrarte una foto de Jajaja, pues es lo mínimo que se merece después de haberse olvidado el bañador, pero no estuve lista y olvidé hacérsela...
Para la "prósima" ocasión yo también "esijo" una foto de Jajaja con la braga naútica "Turbo", que todos hemos llevado..Estoy seguro que Meteorismo todavía usa algún modelo así, igual que sus calzoncillos pentagonales..
Meteorismo, Antares,
Siento decepcionaros pero en la tienda a la que fuimos solo tenían bañadores con pata, incluidos los de oferta. Eso sí, puedo aseguraros que ello no fue ningún impedimento para disfrutar de chorros y masajes relajantes. Debo admitir también que tengo un bañador "Turbo". Es el que utilizaba para ponerme debajo del traje de neopreno cuando hacía submarinismo.
Jajaja, yo también "esijo" lo mismo. Que tienes que estar monísimo con el bañador ajustadete...
Tiene pinta de ser carísimo pero al mismo tiempo vaya maravilla! Ni siquiera he estado en la provincia de Ciudad Real pero después de ver las fotos... el nombre del balneario ya está en mi lista de planes viajeros para el 2010 :) Un saludo.
Pues la provincia de Ciudad Real merece la pena: Almagro, Villanueva de los Infantes, Santa Cruz de Mudela, de la que Dorami habla en este artículo...
Por cierto, bienvenida a nuestro blog.
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