lunes, 23 de marzo de 2009

Cosas de clase

Vengo de clase de Filosofía en 1º de Bachillerato. Estoy terminando un tema de Psicología con unas líneas generales sobre el psicoanálisis. Hoy les he explicado a los chicos las diferentes fases que según el psicoanálisis se producen en el desarrollo sexual de los humanos. En la pubertad, afirma Freud, se inicia la madurez sexual; los genitales se convierten en la zona erógena por excelencia; y, si todo el proceso ha sido “normal”, se desarrollará una sexualidad cuyo fin es el coito heterosexual. He aprovechado esta última idea para comentarles a los chicos que, con frecuencia se le ha criticado a Freud por su visión de que la sexualidad normal es la basada en relaciones heterosexuales.

Este médico y neurólogo austriaco, conocido sobre todo por haber sido el fundador del psicoanálisis, llegó a considerar la homosexualidad como una enfermedad, lo que favoreció que en el siglo pasado muchos homosexuales fueran internados en hospitales psiquiátricos. Sorprende el hecho de que un pensador de la psique humana tan revolucionario para su época, sobre todo por ofrecer una concepción del hombre en la que se acentúa su parte pasional e irracional (chocando con la visión que se impone desde el racionalismo dominante a partir del siglo XVI), sea tan retrógrado en esta cuestión. Pues bien, en este contexto teórico surgió en clase un debate sobre la homosexualidad. Una alumna me dice lo siguiente: ¿con todos los avances que se están produciendo en el mapa genético humano, cómo es que no se ha descubierto el gen responsable de esta enfermedad…?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante "pos", Dorami.
Freud demostró que se puede ser a la vez un genio y un auténtico tarugo; también había muchos médicos y "eminencias" entre los nazis..
La pregunta de tu alumna es de traca, pero tampoco debería sorprendernos demasiado, viendo el nivel cultural de buena parte de nuestra "juventuz" y de muchos de sus padres..
De todas formas, seamos "otimistas", algo hemos evolucionado, ya no se aplica "eleztrosok" a los "homosesuales" e incluso en nuestra nación de naciones se les permite casarse,¡dónde vamos a parar!..

Peritoni dijo...

Jo, pues a mí me dejas tocado y herido...
por muy poligonera que fuera (cosa que dudo) es terrible que una adolescente del siglo XXI de un país moderno diga esa atrocidad...
Me gustaría pensar que tú misma o el debate le aclararía un poco las ideas...

Snif!

Dorami dijo...

Amigos Antares y Peritoni: ciertamente, hemos evolucionado, pero aún queda mucho por hacer. Muchas veces me invade el pesimismo, pues tengo la sensación de que los pequeños avances logrados en clase, se anulan en cuanto se sientan a comer con sus padres... Pero bueno, seguiremos aportando nuestro granito de arena en la lucha por los Derechos Humanos.

Meteorismo galáctico dijo...

Me gustaría haber estado en esa clase para comprobar el tono en que dijo esa chica lo que dijo. No sé, pero me inclino a pensar que esa mujer, a pesar de pensar que la homosexualidad es una enfermedad, probablemente acepta con normalidad ese hecho y no margina a quien tiene esa orientación sexual.

Lo que sería condenable es que esa persona desprecie a alguien por ser homosexual, pero no por pensar que la homosexualidad es una enfermedad. Seguramente haya personas que piensen que la calvicie es una enfermedad, pero dudo mucho que por eso me desprecien, es más, a lo mejor hasta les inspiro ternura por mi alopecia galopante.

Me da la impresión de que vivimos en un mundo en el que se sacan las cosas de quicio. Llamar atrocidad a lo que dijo esa jovencita me parece exagerado. Cosa diferente es que, como dice Antares, hubiese propuesto la continuidad de la aplicación del electroshock para todo homosexual viviente, tanto si quiere “curarse” como si no. Algo así sería tan intolerable como obligar a los calvos convencidos a hacerse implantes capilares del estilo de los de Bono o Camilo Sesto (siempre tengo que apostillar que el apellido artístico de Camilo Blanes se escribe con ese y no con equis, que siempre hay listillos que me toman por más ignorante de lo que soy, que es mucho).

Saludos cordiales a esa pobre chica y a todos los homosexuales del mundo (a los demás ya os saludaré otro día).

P.D.- Antares y yo, en un viaje que hicimos a Tenerife hace unos cuantos años, fuimos considerados homosexuales por el botones del hotel y por el recepcionista. Fue una situación la mar de simpática y, por supuesto, no hicimos ningún intento de “desfacer” el malentendido, así que durante aquel fin de semana fuimos los “señores de García” y nos reímos un montón.

Jajaja dijo...

Dorami, Antares, me parece que estáis siendo un poco injustos con don Sigmund. Por muy genial que uno sea no puede evitar que su forma de pensar esté condicionada por la educación y el ambiente que le rodea. No creo que si Freud no hubiese formulado sus teorías, el trato dado a los homosexuales hubiese sido mejor en su época. Por no hablar de que hasta los genios tienen derecho a equivocarse. Por ejemplo, el físico más influyente de la Historia, Einstein, fue el que dijo “Dios no juega a los dados con el Universo” (o algo así, vosotros lo sabréis mejor que yo), poniendo en duda el componente probabilístico de la Mecánica cuántica, algo que hoy día es ampliamente admitido en la comunidad científica. Parafraseando a otro físico, Isaac Newton, vemos más lejos porque estamos subidos a los hombros de gigantes. Creo que deberíamos estar agradecidos con esos gigantes y no, aprovechando que estamos un poquito más arriba que ellos, escupirles en la calva.

Anónimo dijo...

Tienes razón, Jajaja, si hubiéramos-o hubiésemos-nacido en esa época probablemente-casi seguro-pensaríamos igual que él..
A lo que me refería es que se puede ser a la vez genio y obcecado, como el mismo Einstein, al que mencionas, que no tragaba con la cuántica y ponía por delante en ese aspecto sus prejuicios filosóficos por encima del rigor científico.

Dorami dijo...

Jajaja: haces uso de la demagogía en tu comentario. La ciencia avanza, entre otras cosas, gracias a los errores de los propios científicos. No está mal que se equivoquen. El problema se agudiza cuando sus equivocaciones no se refieren a dioses o dados, sino a seres humanos. Lo que yo quise expresar no es ni más ni menos que, al menos a mí, me resulta chocante que un hombre con ideas sobre la sexualidad tan revolucionarias (y acertadas en gran parte) para su época, haya tenido una visión de la homosexualidad tan discriminatoria. Por supuesto que no choca para la época, pero sí para el personaje...

Jajaja dijo...

Dorami, no creo que mis palabras fueran demagógicas. Si acaso, he exagerado un poco con lo de escupir a Freud en la calva, dado que conozco de sobra tu admiración por él, pero es que me hizo mucha gracia la imagen. En tu artículo calificas a Freud de retrógrado en lo referente a sus opiniones sobre la homosexualidad, lo que me parece que no es justo. Si hubiese pedido que a los sodomitas se les condenase a la hoguera (como siglos atrás) sí sería un calificativo apropiado, pero considerar la homosexualidad una enfermedad creo que estaba dentro de lo normal en su época (aunque de esto tú sabes más que yo), por lo que sería, como mucho, conservador en ese aspecto. Cierto es que sorprende que alguien tan avanzado en otras áreas de la sexualidad se muestre tan convencional en esta; quizá no le encajaba en ninguna de sus teorías y se remitió al pensamiento habitual de su tiempo.

Meteorismo, estoy de acuerdo contigo en que Peritoni exagera en este caso con lo de “atrocidad”. De todas formas coincidirás conmigo en que la palabra “enfermo”, junto con su significado normal, puede utilizarse de forma negativa e, incluso, insultante. Te pongas como te pongas no tiene las mismas connotaciones calificar de enfermo a un calvo que a un homosexual.

P.D.: No he utilizado sodomita como sinónimo de homosexual, advierto, sino de practicante del coito anal. A Benvenuto Cellini, por ejemplo, estuvieron a punto de arrimarle candela acusado de sodomizar a una mujer (con consentimiento de ella).